Dios me odia
Ficha
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Datos de funciones:
Información sobre las funciones, en la cartelera
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Prensa:
Valeria Franchi
¡Que rápida sos para señalar!
Dos hermanas: una en pareja y con un hijo, la otra en pareja con el mejor amigo de la pareja de su hermana. Parece complejo, pero no lo es. Lo que resulta extraño es que Nina y Rodrigo tienen algo que anunciar. Y entonces, Marcelo y Florencia no pueden parar de suponer cosas. Los 4 acuerdos toltecas dicen: no supongas / haz lo mejor que puedas / honra tus palabras / no te tomes nada personal. Este cuarteto no va a cumplir con ninguno de ellos. Por el contrario, los van a transgredir poco a poco, a medida que se va terminando una botella de vino tinto, o un par.
¿Cuánto pesa la opinión de un familiar?¿y la de un amigo?. No ayudar a una hermana, ¿es una desconsideración?¿una traición?¿un acto de egoísmo?¿Qué pasa cuando alguien piensa diferente?¿cuando alguien cercano es disruptivo con algún mandato social/familiar?¿qué es ser open-mind?¿qué es deconstruirse?¿qué es progresar y qué es la conformidad?¿por qué alguien podría enojarse por una decisión ajena?¿las decisiones se toman en pareja?. Los prejuicios, ¿definen a la persona que los tiene?¿y si sólo los expresa en su intimidad?. Ufff…Y así, se podría desglosar por horas la cantidad de preguntas retóricas que “Dios me odia” propone.
La puesta escenográfica es súper atractiva: casi toda realizada en madera y siguiendo una clara paleta de colores. En contraste, el vestuario de los actores es llamativo y lleno de estampados diferentes. Una decisión muy equilibrada y bien gestionada por Facundo Veiras, a cargo del diseño de ambas tareas.
Las actuaciones de los cuatro intérpretes son muy verosímiles y la química entre ellos puede verse desde el minuto cero. Desde la platea, por momentos se percibe la sensación de estar siendo testigo de una situación real, no ficcional. Es lindo ver cómo los personajes reaccionan de manera poco convencionales a estímulos externos: una risa ante una declaración dolorosa o un exabrupto inesperado en medio de un intercambio de palabras.
Victoria Sarchi no sólo representa a Florencia en esta pieza, sino que también es la dramaturga de la misma. El guión tiene una frescura y una cotidianidad que van a permitir a la audiencia sumergirse inmediatamente en la historia y a su vez, sentirse identificada con por lo menos, dos o tres temas de los que se mencionan.
Es de destacar también la coreografía. El espacio es utilizado en su totalidad y no se ven actores deambulando por el espacio sin sentido alguno. A su vez, si bien la obra tiene un tempo naturalista, no es estática.
Por último, es de resaltar también el diseño de iluminación. La utilización de artefactos lumínicos colgantes, terminan por completar una típica terraza en algún techo de Buenos Aires.
Una linda alternativa para culminar debatiendo sobre “la vida” en algún bar. Una invitación a reflexionar y cuestionarse sobre los pensamientos y creencias genuinas y las impuestas.
Para finalizar, una pregunta: ¿acaso Dios ama a alguien?
Ficha:
Actores: Matías Broglia, Fausto Guerra, Lourdes Invierno y Victoria Sarchi.
Dirección: Silvana Sabetta
Género: Comedia dramática
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