Huellas del desamparo

Marta nació en el seno de una familia rural bajo condiciones de vulnerabilidad social y económica. Su cuerpo aún arrastra las huellas del desamparo, secuela de una historia íntima que empujará al público hacia un abismo de silencio. Con el campo de testigo, ella recuerda su embarazo producto de una relación sin consentimiento y la finalización de este mediante la práctica de un aborto ilegal.

La dramaturgia de Natalia Villamil recorre circunstancias que reflejan la orfandad legal y emocional para este tipo de situación de las que muchas mujeres han sido víctimas, tratadas como animales, poniendo en riesgo sus vidas en ambientes que no cumplen con los mínimos estándares médicos.

Así, con la interpretación magnética de Belén Blanco, lo deshumanizante de Clandestina es representado en la existencia de Marta, con una mirada perdida y por momentos punzante, aunque mantiene una sonrisa ingenuamente conformista, sabe que se encuentra al borde de un abismo emocional. Lógicamente, las consecuencias de este procedimiento medico también son físicas, motivo por el cual Marta va adquiriendo el andar de un animal lesionado y con hemorragia, la sangre no se ve pero se percibe en toda su expresión afiebrada. Para esa instancia del relato, la conexión entre la escena y los espectadores se vuelve cada vez más elevada, se percibe en el aire espeso la tensión dramática ejecutada en la escena y sostenida por la atención del público.

La puesta en escena es austera por lo que el punto focal se dirige a las interpretaciones escénicas. Así, a la protagonista la acompaña Guadalupe Otheguy quien ejecuta la música en vivo, se destaca con una voz vibrante y de tonos altos. Asimismo, como colchón de plumas, su dulzura dialoga con el áspero testimonio de Marta, se expande como un eco multiplicando el dolor y resonando en aquellas historias aún ocultas.

Continua vigente el debate acerca de la interrupción involuntaria del embarazo, porque aunque ya legalizado en algunos países, la discusión sobre el aborto seguro, legal y gratuito no se trata únicamente sobre garantías sanitarias suficientes, derechos reproductivos y asistencia psicológica para la mujer, sino también de un conflicto socio-cultural y moral que aún sigue siendo un tema controvertido en la sociedad.

Clandestina no termina, porque se la lleva el público en sus espaldas y en el pecho, ahí se siente el teatro.

 

Ficha:

Intérprete: BELÉN BLANCO

Música en escena: GUADALUPE OTHEGUY

Dramaturgia y Dirección: NATALIA VILLAMIL

Género: drama