Sin biombo
El mito cuenta que la Reina Elizabeth I, luego de ver una puesta de Enrique IV y obsesionarse con el personaje de un caballero gordo e inútil que no hacía más que dar pena, se acercó al dramaturgo y director de la puesta; un tal William Shakespeare, para rogarle que escriba, especialmente para ella, una comedia en la que este mismo personaje, de nombre Falstaff, se enamore.
De este encargo a las apuradas se presume que nace Las alegres comadres de Windsor. Una comedia de “estafadores estafados”. Otra forma de verla, es como un cuento con un protagonista masculino con aspiraciones de clase con distinta suerte a la del clásico héroe en su viaje.
La adaptación presentada por Mabel Decoud resume la peripecia a su núcleo. Falstaff (Axel Govednik) corto de dinero, se desprende de dos de sus sirvientes y trama seducir a dos señoras nobles con el objetivo de quedarse con sus riquezas. En un no muy brillante plan, envía a Pistol, el único sirviente que le queda (interpretado por la multifacética Fabiana Serra), con una carta idéntica para cada una. La mentira no tarda en desvelarse tanto para las Sras (Giselle Ercolano y Sol Cuadro), como para los Lores (Seba Martín y Damián Palumbo). Todos traman venganzas contra Falstaff que cae en una vergüenza pública detrás de otra y nunca deja de querer llevar adelante su deshonroso plan aunque, a la vista, se sabe desde el primer instante que nunca iba a ser posible su éxito.
Alegres Comadres es la tercera creación del Grupo de Teatro de Consomé Producciones. Este grupo responde a las formas de las viejas escuelas de actuación. Esas que, sobre todas las cosas, se comprometen con hacerle llegar el cuento al público. Como en aquellas compañías que viajaban en una caravana y llegaban para compartir nuevos universos. La artesanía de su actuación se nota en la generosidad de la voz, en el timing para el humor, en la energía coral del grupo.
Del programa impreso, el vestuario y las transiciones musicalizadas con versiones instrumentales de Los Beatles y Los Rolling Stones, se puede pensar la obra de Decoud a través de la estética sesentosa del Pop art. Esa sensación de reimpresión, de plástico. Plástico (no sólo por el material del pelo de las comadres) sino también plástico como en artes plásticas. En las que se moldea una superficie para darle forma. Para dejar siempre a la vista el corazón de la obra.
El detalle que corrobora esta hipótesis es la decisión sobre el trabajo de Fabiana Serra que encarna tres distintos personajes (el mencionado Pistol, la hotelera y la Sra. Quickly) con eficaz distinción corporal y sin embargo, el artificio está totalmente desvelado para el público, que puede verla, a un costado del escenario, cambiarse lentamente de vestuario hasta volver transformada en otro ser.
Como con la pluma veloz de William para la reina, lo mismo hace la potencia minimalista de Decoud para la cartelera porteña, Alegres Comadres desmitifica la enormidad del teatro isabelino. Trae con presteza un clásico, haciéndolo disfrutable, hoy, para cualquier espectador.
Ficha
Dirección general: Mabel Decoud
Asistencia de dirección: Fernando Pearson
Elenco: Axel Govednik, Fabiana Serra, Giselle Ercolano, Sol Cuadro, Sebastian Martin y Damián Palumbo
Musicalización: Axel Govednik
Vestuario y diseño escenográfico: Mabel Decoud
Adaptación y dramaturgia: Mabel Decoud
Diseño gráfico: Sol Cuadro
Prensa: Kevin Melgar (0KM Prensa)
Género: comedia.
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