Una historia

La historia de la obra nos remite al año 1978 y Ana nos cuenta sus inicios en la militancia política y su encuentro con Juan en el famoso episodio de Ezeiza. Ana descubre allí dos amores: la política y a Juan, líder montonero. Es un recuerdo del pasado, porque ella está casada y esperando un hijo, sin embargo la historia se repite,  pero con otras aristas, ya que también fruto del amor y la militancia esperaba un hijo de Juan y Ana nos cuenta todo lo sucedido en esos años del proceso militar y del auge del mundial de fútbol.

Un ingrediente importante es que Ana es hija de un militar y de una familia burguesa que no admite su ideología, ni militancia (empieza a  involucrarse  secretamente en la juventud peronista y después con los montoneros). Ana  empieza relatando el pasado (se va a estudiar a La Plata para estar cerca de Juan y la militancia) y enseguida se lo recrea y finalmente vuelve al presente y desenlace de su historia, que deja de ser propia, ya que los argentinos hemos vivido desde diferentes miradas y relaciones misma época de nuestra historia.

La obra recrea la vuelta de Ana a su casa, después de su estada en La Plata, con su padre fallecido y la relación conflictiva con su madre, intentando colaborar desde allí con un operativo guerrillero que no se desarrolla tal como fue planeado, poniendo en jaque su amor por Juan y la política.

Una obra interesante y atractiva con dirección, texto, diseño de iluminación y actuación de Lisandro Fiks, con una puesta que recrea esa época con recursos muy cuidados (teléfono, sillón, vestuario acorde de  de Ludmila Fincic, videos que acompañan la puesta, peinados y maquillaje a cargo de Silvia Zavaglia) para generar la atmósfera adecuada y envolver al espectador en la historia.

Hay que destacar la excelente actuación de todos los actores Romina Fernandes, Patricia Rozas, Brenda Bonotto, Manuel Novoa, y el mismo Lisandro Fiks, ya mencionado.

Una propuesta altamente recomendable y  donde es imposible no conmoverse!!!