Los legítimos

El revés de la historia, las paradojas del destino, las controversias de una vida tan particular han dado vuela la condición de marginalidad de una mujer que si bien había nacido para ser ignorada se convirtió en uno de los principales exponentes de la política de este país: Eva Duarte de Perón.

Nacida como hija ilegitima de un hombre que llevaba una vida paralela, junto a su madre y hermanos, en la localidad de los Toldos, buscó ser alguien en la vida, hacerse notar, lograr el reconocimiento que el padre le negó. En principio, como actriz de reparto en el radioteatro de la época o en papeles secundarios en cine, luego, como lo que la gran mayoría de los argentinos la conoce, como una referente política y social muy importante. Lo curioso es que el apellido del padre “Duarte” que de alguna forma estaba vinculado al reconocimiento social, dejo de ser importante para ella, ya que la gente la comenzó a llamar Eva Perón o simplemente Evita.

¿Pero qué pasó con sus otros hermanos? no Juan, ni Blanca, ni Erminda, ni Elisa; sino con los otros Duarte, los que fueron parte de la familia oficial, los que gozaban del reconocimiento social, los hermanastros a los que la vida les dio sin impedimentos un apellido, pero le negó un lugar en la historia. ¿Qué fue de la vida de ellos? ¿los que quedaron de forma inversa, en relación a sus orígenes, a la sombra de una figura tan importante para el país, como era la de su hermanastra Eva? ¿qué pasó con esa clase media la cual se crio con la idea de ser protagonista en las decisiones del rumbo de un país, cuando se vio desplazada por una mujer que encarnaba su condición de pobreza y marginalidad? el resentimiento, el rechazo, el odio, y, su propio revés, el amor conforman un mar de contradicciones en esta especie de parábola de la hermandad que representa, entre otras cuestiones, la obra maravillosamente escrita por Gastón Quiroga.

Las diferentes posturas de los tres hermanastros Chichilo, Cholo y Chacha Duarte frente a la emergente figura de Eva, su lugar en la sociedad y su prematuro fallecimiento, enriquecen la trama aportando una inevitable contradicción que va más allá de la situación particular de los hermanos: encarnaban los antagonismos de toda una clase social, de una amplia facción de la sociedad que fue parte de ese proceso histórico-político-social llamado el peronismo.

La propuesta de Marcelo Velázquez cuenta con excelentes actores (José Manuel Espeche, Guillermo Flores, Cecilia Sgariglia) que sostienen el hilo dramático con mucha solvencia, encarnando las diversas posturas de los personajes con gran sensibilidad y organicidad sobre el escenario. Cabe destacar -en esta tarea- a la actriz que asume el papel de Chacha (Cecilia Sgariglia).

Marcelo Velázquez lleva a escena una vez más un texto que interpela, que logra emocionar y le permite al espectador mirar hacia dentro aceptando sus propias contradicciones frente a una realidad que pareciera repetirse una y otra vez. Con una puesta minimalista (una mesa, sillas, y algún otro mueble) se enfoca en el trabajo actoral y en la posibilidad de contar la historia con la mayor precisión dándole paso a la ternura y al humor en determinadas circunstancias.

Ficha:

Intérpretes: José Manuel Espeche, Guillermo Flores, Cecilia Sgariglia.

Dirección: Marcelo Velázquez

Género: Drama