Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana

Caturno, tan amado y venerado por la tía de Marce y Fer. Ese lugar que podría ser un campo, una casita, o la nada misma. ¿Acaso existe Caturno? ¿Acaso la tía desvaría? ¿O dice la verdad? Y a todo ésto, ¿dónde está la tía?

La acción se produce en un vivero porteño. Desde que se ingresa a la sala es imposible no detenerse en todos los minuciosos detalles de la escenografía, excelente labor a cargo de Rodrigo Gonzalez Garrillo. Se agradece enormemente ver semejante despliegue, nada queda librado al azar: todo tiene su lugar y puede notarse en el momento en que los actores manipulan determinados objetos, quizá ubicados en algún cajoncito o rinconcito del espacio.

El público se adentra en la historia de estos dos primos que durante toda la obra intentarán descifrar ciertos acertijos, impartidos por aquella famosa tía, que pareciera estar presente en escena a cada segundo de la función. Una tercera prima lejana y su actual pareja, suman a la trama momentos de tensión, amores no correspondidos y humor.

Durante estos 70 minutos, no sería raro que el espectador recuerde algunos fragmentos de la película de Tim Burton “El gran pez”.

Cabe destacar el excelente nivel actoral por parte de los cuatro intérpretes y, en particular, el trabajo en la conformación del vínculo (extremadamente verosímil) de esta familia. Va una mención especial a Matías Broglia por la construcción de su personaje. Se cae de maduro el tiempo de observación dedicado para el mismo.

Sin dudas, una hermosa propuesta dentro de la cartelera independiente. Imperdible!

Ficha:
Intérpretes: Débora Zanolli, Martín Tecchi, Federico Buso y Matías Broglia.
Dramaturgia y dirección: Federico Buso