Talento mágico

La palabra JAM la usan usualmente los músicos de jazz o blues cuando se juntan a improvisar. JAM también significa mermelada en inglés. Y este show no mezcla frutas ni tiene nada de improvisado, pero sí presenta una mezcolanza muy interesante de artistas de la ilusión que combinan a la perfección humor, música, efectos lumínicos y por supuesto, ¡magia! Como fan de la magia, aplaudo que exista una propuesta tan linda y accesible para disfrutar en familia.

Ni loca le cuento la cantidad de trucos que hacen porque le arruinaría la experiencia. Además porque en cada función hay un mago invitado, además de Marcelo Goobar y Nico Gentile (el primero ideólogo y directores los dos). Trucos con sogas y tijeras, baldes y monedas, luces, aros y hasta un poco de mentalismo, todo con la pericia y agilidad que exige la magia pero con un toque especial de humor, mucho humor y la participación del público, con varias incursiones en el escenario por parte de niños y adultos.

No hay nada más lindo que ver magia de cerca porque cuanto menor es la distancia, mayor el asombro, ¿no? Y la elección de esta sala, la Pablo Picasso del Paseo La Plaza, también es un gran acierto porque si bien es un espacio medianamente grande, tiene una disposición de butacas ideal, de esas que parece que abrazan el escenario, lo que permite disfrutar del show desde cualquier ángulo. Otro acierto de los directores para su puesta.

La luz y los efectos lumínicos a cargo de Leo Muñoz juegan un rol fundamental. Y la música también. De fondo siempre hay música pero es de repente que nos damos cuenta de que detrás de esos sonidos hay otro tipo de mago, otro artífice de la ilusión que va usando objetos cotidianos e impensables para generar sonidos y musicalizar todo el show. Nico Cro, el músico excéntrico que aparece de repente, como por arte de magia, es un toque lindísimo para un show tan redondo como los aros chinos.