El tono de la historia

Dos habitaciones. Un mismo escenario. El haz de luz divide y delimita la transición de un cuarto al otro como un fundido encadenado. En uno de ellos, Bruno (Santiago Scauso)  es un escritor que espera a que llegue una idea para continuar con su novela mientras Frank (Franco de la Puente) circula por el cuarto y Maria (Pilar Fridman), representa minuciosamente los pasos que conforman una obra. Así los días se suceden, donde la tensión sexual se halla presente y la pérdida de sus padres marca el aislamiento de los personajes ante el mundo.

En la habitación de los vecinos convive una pareja. Audri (Débora Nishimoto), editora de libros, esconde el secreto de un amante, y Edward (Daniel Surasky), dueño de una empresa de seguros, tienen una relación rutinaria marcada por el conflicto y la distancia.

Uno de los personajes sostiene: “No todo lo que se dice, importa”. Las miradas dejan entrever todo aquello que no se dice con las palabras y se expresa a través del cuerpo.

El amor es un cliché y los personajes se buscan, pero rara vez se encuentran. Al observar la obra, recordaba las palabras de Walter Benjamin: “El arte se ha escapado del reino de la bella apariencia, la cual, durante mucho tiempo, fue considerada la única en donde podía florecer el arte” para convertirse en reproducción a los fines de ser comercializada. Esta polémica, entre el arte y el comercio también tienen un lugar preponderante en la obra.

En cuanto a las actuaciones, las actrices y los actores se sumergen en el guión generando por momentos empatía con el espectador, donde se destaca el papel de Santiago Scauso conformando un cuadro donde los diálogos transitan de lo real a lo imaginario.

 

En esta obra ganadora del certamen nacional Óperas Primas 2018 organizado por el Centro Cultural Rojas, con una escenografía sumamente cuidada, Pilar Fridman, que además de dirigir, hay un compromiso notable en su actuación, nos sumerge en estas relaciones donde prima el deseo, la farsa de las relaciones humanas, la incomunicación, en otras palabras, lo superfluo como punto neurálgico de la obra .

Ficha:

Dramaturgia y dirección: Pilar Fridman. Intérpretes: Santiago Scauso, Daniel Surasky, Débora Nishimoto, Franco Antonio De la Puente, Pilar Fridman.