Todo parece estar igual y en el mismo lugar

Un reencuentro familiar en medio de una guerra. Un hogar que procura ser refugio de lo que pasa afuera, pero adentro también todo se desborda. El miedo al futuro en un contexto que poca esperanza trae. Un recuerdo de un amor joven, y la ternura de un presente revuelto de emociones. Una tragedia que expone las pasiones de una familia ante la noticia inesperada de que el joven hijo traicionó a su patria.

Pasión, una tragedia argentina es un melodrama que se representa a través de las imágenes, camina entre las referencias intertextuales y las citas personales, y por sobre todo explora los límites de lo poético y lo metafórico, entre lo real y lo ficcional.

Una obra que pone como elemento principal al cuerpo dentro de la puesta en escena, funciona como el gran generador de todas las pasiones y emociones que se desprenden del texto, de la historia vertiginosa a la que mantienen al espectador cautivo entre el movimiento desenfrenado y las aceleradas metáforas que se esconden entre la unión de las palabras.

Es característico en Los Pipis hablar de forma y contenido, de ritmo y espacio, que sumado a los tópicos a los que acostumbran, realzan la estética autoral que los conforma. Una historia atravesada de principio a fin por lo político, por una reflexión crítica de un pasado que resuena en el presente, ahondando en la historia personal y en los tiempos que la recorre. Una entrada en calor, un clima festivo antes de la escena. Un amor tierno y joven que se escapa de los rincones, que se muestra antes los telones. Un escenario que funciona como lienzo de imágenes, de sonidos, de texto y movimiento, un espacio que representa el hogar, pero también el campo de batalla, la dicotomía que se pone en juego en lo simbólico de la representación.

Pasión, una tragedia argentina pone foco en esta tercera parte de la trilogía, en el devenir del futuro, en la preocupación y ocupación de lo perdurable, de lo inmanente, de las imágenes, de los recuerdos, de las historias, e incluso de las formas de representar. Un futuro plagado de miedos que parece desbordarse en los márgenes de la obra, de la dramaturgia de Federico Lehmann y la dirección minuciosa de ambos, todo se exterioriza, se dramatiza y exacerba a tal punto que lo que queda es la emoción, la pasión, motor de búsqueda y encuentro, con lo personal y con el público.

Cabe destacar dos elementos que son claves a la hora de sumergirse en las obras de esta compañía, en primera instancia la música en vivo, que resuena en cada rincón y subraya de manera precisa no solo musicalizando sino también sonorizando el accionar de los personajes, en los diferentes climas, ritmos y emociones. Por otro lado, la escenografía y utilería, se logra ver una búsqueda sutil, intima en cierto punto, que resguardar lo esencial, menos, es más. Simbólico, metafórico.

Las interpretaciones son detallistas, minuciosas, sensibles, verosímiles, con un desarrollo de personaje profundo en su caracterización y texto. Es un gran acierto la incorporación Matilde Campilongo y Luis Longhi, que además de la experiencia, convocan a una admiración especial, el recorrido que tienen en escena es maravilloso, desde los detalles hasta lo momentos más exuberantes y dramáticos.

Pasión, una tragedia argentina es una obra integra, fiel a lo que propone, el humor, la música, la performance, el teatro físico, la danza, lo poético, son los elementos que desbordan y abordan este espectáculo, que nada teme al éxito. Un recorrido completo de emociones, un dialogo sensible y participe con el público, y una puesta en escena que tiene sello propio.

Ficha

Autor: Federico Lehmann

Dirección: Los Pipis Teatro (Federico Lehmann, Matías Milanese)

Elenco: Matilde Campilongo, Luis Longhi, Matías Milanese, Federico Lehmann, Camila Marino Alfonsin

Género: Melodrama