La indiferencia del mundo recién sentirás

Desde que uno ingresa a la sala, los actores, ya en escena, te permiten atisbar el tinte incómodo con el que va a contar. Una incomodidad necesaria y reflexiva que ya viene implícita en la temática, sobre todo porque el trabajo sexual siempre generó y generará controversia. A fin de cuentas la sexualidad es algo de lo cual todos disfrutamos pero pocos son los que la comentan.

Uno a uno son introducidos los protagonistas (Sofía, Pichón, Larry y Leandra) que comienzan a contar sus historias entrelazando monólogos con diferentes expresiones artísticas y con miradas penetrantes que permiten interpelar al público. Escuchamos como se recita un poema disidente, como se entonan las estrofas del tango homónimo perteneciente a Carlos Gardel y repasamos la historia de la prostitución en nuestro país, así como de su única ‘protectora’.  Sobre todo porque en un momento de nuestra historia los trabajadores sexuales no estaban relegados únicamente a depender del derecho penal, podían ser más que víctimas o victimarios para la justicia. Pero, como ya cantó Gardel, ‘La indiferencia del mundo que es sordo y es mudo, recién sentirás’.

Algunos eligieron como trabajo la prostitución, para otros fue algo accidental o casi obligatorio por la falta de variedad. En definitiva, en determinados casos solo se puede elegir entre ser yuta, puta ó transa. Son pocos los privilegiados que cuentan con un abanico más amplio de elecciones laborales que les permitan elegir un trabajo que realmente disfruten y en el cual no padezcan cierta clase de maltrato.

Una obra necesaria en tiempos de debate sobre regulacionismo o abolicionismo ya que incita a cuestionar el desarrollo de los roles laborales en la economía actual, como se relacionan y cómo estos nos afectan en nuestra integridad y vida diaria.

 

Ficha:

Con: Juan Ejemplo, Leandra Atenea Levine Hidalgo, Pichón Reyna, Sofía Tramazaygues

Directores: Bruno Isaković, Nataša Rajković