Tiempos sin tiempo

Las luces de la sala se apagan y en el escenario comienza una reproducción multimedia, en la que vemos a un grupo de jóvenes celebrando y divirtiéndose en una fiesta de fin de año, ese es el momento en que todo comienza.

El planteo es simple, seis grandes amigos en sus treinta, hacen un pacto: cuando alguno de ellos muestre alguna señal de vejez, comprarán una casita en el tigre y se irán  a vivir todos juntos; pasados 45 años, efectivamente están viviendo en la isla.

Como para este grupo los años casi no han pasado, sus espíritus siguen libres y jóvenes, entonces los personajes se duplican en escena, vemos a cada uno de ellos en la actualidad y con la edad que prometieron acompañarse siempre, las duplas son:  Nora Carpena / Natalia Cociuffo, Mercedes Carreras / Ivanna Rossi, Marta Bianchi / Andrea Lovera, Rodolfo Ranni / Emmanuel Robredo Ortiz, Alberto Martin / Patricio Witis y Jorge Martinez / Christian Gimenez.

Un tiempo después de estar en el lugar, sucede algo que genera un cimbronazo y pone en juego la historia, promesas, vínculos, sueños, al pasado, presente y futuro. Todo esto ocurre a fin de año, donde las emociones están a flor de piel y la vida se resignifica, ellos son invitados a un nuevo comienzo, deberán volver a apostar por su amistad como lo hicieron hace más de cuatro décadas.

Los tiempos conviven en escena, ya que los jóvenes de ayer y los de hoy interactúan, siendo los primeros en algunos momentos un recuerdo, en  otros “la voz de la conciencia” o simplemente una fuerza que los inspira. Hay un planteo visual que separa las épocas y tiene que ver con el vestuario, el hoy está lleno de colores, mientras que el pasado se viste de sepia, moda de los 70 y esa gama de colores dicen que sin dudas, ellos son están en otro momento.

Estos últimos también son los encargados de interpretar el repertorio musical de los 70´ que recorre todo el espectáculo, aunque el elenco mayor se anima a cantar y acompañar. Los temas están reversionados y adaptados al contexto, hermosos arreglos a cargo del director musical, Matias Chapiro.

Un elenco que se complementa y se luce, se genera una sinergia muy interesante en escena, donde dos mundos, dos géneros, dos épocas se entrelazan, conviven y crecen a la par; mientras un grupo aporta años de tablas, el otro demuestra que más allá de la edad tienen un sólido recorrido en el rubro musical.

El elenco se completa con Lula Rosenthal (magnifica una vez más) y Liza Spadone, quienes se ponen en la piel de una enfermera y la chica que les lleva provisiones, encargadas sobre todo de la cuota humorística, generándola desde las actuaciones más que por sus textos, muy buenas composiciones.

Con coreografías de Elizabeth de Chapeaurouge, que pintan por completo el espíritu de una época.

La dirección está a cargo de Valeria Ambrosio (también dramaturga de la obra, con colaboración de Sebastián Suñe), quien logra generar un clima de alegría y da cuenta de la importancia de la amistad en la vida. Posibilita que dos mundos se encuentren, se complementen y funcione.

Una propuesta musical diferente, que apela a la emoción y la nostalgia, usando a la música como guía y cuenta con grandes interpretaciones. Una combinación que no falla.

Ficha:

Nora Cárpena Rodolfo Ranni Mercedes Carreras Alberto Martin Marta Bianchi Jorge Martínez Natalia Cociuffo Christian Gimenez Andrea Lovera Emmanuel Robredo Ortíz Lula Rosenthal
Ivanna Rossi Liza Spadone Patricio Witis

Libro y dirección: Valeria Ambrosio

Colaboración Autoral: Sebastián Suñé
Direccion musical y arreglos: Matias Chapiro
Dirección vocal: Ana Carfi
Coreografía: Elizabeth de Chapeaurouge