El culebrón que nunca muere

En épocas de pelis y series, hay un género que se mantiene firme y estoico en la TV: los culebrones. Valeria (María Onetto) es escritora y tiene por delante un gran desafío, escribir uno de mil capítulos, difícil sin lugar a dudas, pero no imposible, “El inmortal” (como se llamará), será su obra cumbre.

La guionista, por otro lado, tiene la particularidad de firmar su obra con un seudónimo y como condimento, en esta oportunidad, estaban planificado para antes del estreno, hacer una conferencia de prensa, mostrando su verdadera identidad.

En medio de esta titánica tarea, descubre que tiene una enfermedad terminal. Tanto su asistente (Jorge Gentile) como los integrantes de la productora (Laura Oliva y Carlos Defeo) y todos los que están detrás del proyecto, se angustian y desesperan porque les va a quedar la historia inconclusa y todo lo que tenían planificado, se les viene abajo… bueno, por ella también se ponen mal, claro.

Un elenco impecable, le pone el cuerpo a esta historia, que se divide tres en bloques, donde la ficción se mezcla con la realidad, pudiendo ver primero la historia de la autora (en la que también aparece su hijo – Agustín Daulte-), luego parte de su obra y para cerrar, haciéndole honor al género, se pueden ver los extremos de cada hilo y el entretejido revela su estructura.

Todo ocurre en un mismo lugar, donde un elegante escritorio, acompañado por grandes cortinados y sillones, dan cuenta del lindo y acogedor estudio en el que trabajan Valeria y su asistente, ese espacio, en el que tiene la compleja tarea de hablar de inmortalidad, cuando sabe que sus días están contados, donde intenta separar la ficción de la realidad y poner en caja sus ideas para que cada cosa tenga sentido en su plano.. sea cual fuere.

El espectáculo cuenta con la dirección de Javier Daulte, quien tuvo la misión de desenmarañar una historia, en la que tal como la famosa litografía de Escher “manos dibujándose a sí mismas”, cuenta de manera circular, borrando los límites de principio y fin. El resultado que obtiene es una obra con mucho ritmo, humor y un toque de absurdo que suma, volviéndose un torbellino de situaciones, tan bien logradas, que la (casi) hora y media que dura el espectáculo, se pasa volando.

Los integrantes del elenco (a quienes se suman Daniela Pantano y Flor Berthold), logran personajes sólidos, con personalidades definidas y claras, donde cada detalle, ya sea una forma de hablar, de caminar, un gesto repetitivo, nutren y pintan de pies a cabeza a cada uno de ellos.

Un espectáculo con un libro (de Daulte también) muy original, es ágil, divertida y cuenta con un elenco que derrocha talento. La historia muestra que a veces hasta la ciencia se equivoca y que hay que prestar más atención, porque en muchas oportunidades, se va con un nivel de distracción (o errada concentración) tan alto por la vida, que no se sabe, dónde se está parado realmente.

Ficha:

Escrita y dirigida por Javier Daulte. Elenco: María Onetto, Laura Oliva, Carlos Defeo, Florencia Berthold, Agustín Daulte, Jorge Gentile, Daniela Pantano.