¿El Futuro?

Año 2020. Marzo. Confinamiento. Aislamiento. Barbijo. Cuarentena. Covid-19. Encierro. Pandemia. Espera latente. Palabras todas, que, en el transcurso de este año, hemos escuchado y leído hasta el hartazgo. Un contexto definitivamente inesperado, impensado y hasta ficticio, por momentos.

A raíz de esta pandemia y de la mano de la talentosa dupla compuesta por Diego Sebastián Oria y Jorge Soldera, surge su séptimo emprendimiento: “Vacío”; un musical diferente; fuera de lo común y lo corriente. Tiene la particularidad de hacer funciones en simultáneo en 6 países:  Argentina, Paraguay, Perú, Uruguay, México y España (donde cambia su nombre y se llama Hueco”).

En este país, además, llegan con la misión de reflotar el teatro en Buenos Aires en tiempos de protocolos, tapabocas y alcohol en gel. Es un gran desafío que, este fresco grupo de artistas, está dispuesto a sobrellevar de manera airosa.

La acción ocurre en algún lugar del Planeta. Año 2050. En los últimos 30 años, el mundo ha atravesado 5 pandemias. La Tierra es un lugar casi inhóspito, donde incluso, hay que pagar por el aire que se respira. Cuatro habitantes de este universo, se deberán embarcar en un viaje a través de la galaxia, junto a un particular tripulante, para crear nuevas posibilidades de vida. Crear y mantener lazos. Crear y mantener la esperanza. En el transcurso de la obra se irán conociendo y descifrando los vínculos entre Marina (Virginia Peroni), Elías (Emiliano Giannotti), Selva (Maribel Khazal) y Leopoldo (Gustavo Viñes); a lo largo de esta cruzada intergaláctica.

Dinámicos, divertidos, dúctiles, espontáneos y frescos, estos 4 artistas se suben al escenario a dejarlo todo, desde antes incluso, que comience la acción propiamente dicha. Muy parejos vocalmente sortean cada uno de los fragmentos y pasajes ganándose más de una carcajada del público presente. Se destaca el trabajo actoral, la gracia y el desparpajo del actor Gustavo Viñes, quién desde su personaje, genera empatía constante y permanente. La música del maestro Jorge Soldera, definitivamente le da un toque mágico y maravilloso a esta propuesta teatral. Movimientos coreográficos orgánicos, pensado por el talentosísimo Juan José Marco.

Acompañan una escenografía bien concreta, versátil y sin demasiadas pretensiones innecesarias, diseñada por Walter Valli.

La obra, dejara pensando a la platea en varias oportunidades y planteándose unos cuantos dilemas cuasi filosóficos. Lo que ha dejado la pandemia, la importancia del contacto y la cercanía con otro y el sentido de la vida para cada uno. Una obra que habla de decisiones, de consensos, de poderes y lo que eso conlleva, de mediaciones, de miserias y de pasiones. Según palabras del propio Diego Sebastián Oria, al momento de crear el guion: “empezar a ver el simbolismo que encierra la palabra Vacío”

Y como reza la bellísima canción, emblema de la obra, “Casi Nada” … “Hoy construyo un nuevo tiempo. Sí hay vacío… Sí hay un hueco. QUE NO FALTE AMOR”

FICHA

Elenco: Virginia Peroni, Emiliano Giannotti, Maribel Khazal y Gustavo Viñes

Dirección general: Diego Sebastián Oria