Unificio

Unificio

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: domingos 19 hs.
    Duración: 70 minutos

    SPORTIVO TEATRAL
    Thames 1426, Palermo, CABA, 4833-3585
    Sportivo.teatro@gmail.com

  • Prensa:

    Caro Alfonso

  • Entradas:

    Entradas: $ 200

 

“Son los últimos vestigios de estar hiper conectados y no vinculados. Esa sería la idea conceptual” Norman Briski. Entrevista para Página12 (2017)

Tres mujeres en escena vestidas idénticamente, abiertas al sol como flores. Nos encontramos en un futuro incierto, sin certeza del año-tiempo exacto transcurrido desde nuestro presente hasta este momento.  Vamos descubriendo poco a poco, que este futuro desencajado aboga más por la verticalidad que por la horizontalidad. La raza humana completa vive en un solo edificio: un unificio.

Con simpático desencanto tres mujeres (interpretadas por Coral Gabaglio, Carolina Molini y Eliana Wassermann) generan situaciones de crítica sarcástica y mordaz a los criterios de “progreso” tecnológico, el mercado, los complejos recorridos del deseo, los universos familiares y la imposibilidad de la muerte. Mientras valiéndose de una estructura de comedia norteamericana las tres actrices representan diversos episodios con los que se va construyendo el contexto que rodea a esta futura humanidad del unificio. La voz en off de Norman Briski, director y dramaturgo de esta puesta, comenta y completa este contexto en el cual se inscriben los diversos episodios del unificio por medio de pequeñas introducciones-notas al pie según el caso. Los episodios oscilan entre discusiones sobre el suicidio y la imposibilidad de la muerte que acosa a los personajes de esta distopía, encuentros casuales en un ascensor del unificio, la presentación de oficios parcialmente ridículos y las interrelaciones –familiares y sexo-afectivas, entre otras– que son posibles en este nuevo estadío de la humanidad. No hay temor al ridículo.

Las actrices deambulan erráticamente por la escena, decorada minimalistamente. Encontrándose y desencontrándose en una torpe coreografía, innegablemente beckettiana, por el espacio que determinan dos rectángulos dibujados en el suelo. Mientras este misterioso e incomprensible personaje las observa desde la periferia fomentando el absurdo y haciendo guiños a las otras situaciones de deconstrucción –o destrucción– de los artificios teatrales que Briski trae a escena para burlarse socarronamente del teatro, de sí mismo y del espectador.

En cada función, el espectador es invitado a reírse y a realizar un ejercicio crítico sobre el teatro y lo humano.

Categorías: Reseñas

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