Y bendito es el fruto: mentira

Extraviados en una atmósfera fría y distòpica, criaturas furibundas emergen desde la neblina del olvido para hablar de una sociedad de doble moral, de la hipocresía y de la deshumanización constante.

Tomando como punto de partida el relato bíblico de Ismael, el hijo que Abraham  tuvo con Agar (la esclava de su legítima mujer Sara) esta pieza que es metáfora visual, teatro lúdico y cibernético destaca el estado inferior del hombre y la impiedad de la civilización. La maternidad no será validada sin la presencia de un hombre, del “pater familae, del pater noster”.   

Un aro luminoso en el centro de la escena sitúa tanto a los intérpretes como a los espectadores, en un espacio envolvente  que se entiende como anacrónico , permite atravesar los siglos para repensar hoy los hábitos y las costumbres a partir de aquellas tan lejanas, tan primitivas: las del génesis, las del hombre. El recurso escenográfico se redimensiona  con el acertado juego de  luces que cambia sus tonalidades  logrando así  intensificar  las percepciones  de esta apuesta performàtica.

Los cuerpos se tiñen con ciertos matices de soledad y abandono, ingresan y se trasladan convulsivamente en un universo complejo pero a  la vez tan solidario frente al desamparo. El círculo lumínico hará las veces de espejo que, como en un  juego de dobles, enfrenta a estas dos mujeres que se sienten ignoradas, aplastadas casi como si fueran seres invisibles, fáciles de desplazar de los afectos y de la atención que se merecen. Esto se percibe en la coreografía de sus movimientos que, entrelazadas, conviven como una forma de estar acompañadas y de la situación que padecen, ambas se resignan  y someten. La pieza se enriquece con los diálogos que con un sonido metálico de ecos ancestrales redimensionan su significado.

La elección del vestuario y la notable composición rítmica y escénica crea las atmósferas, los climas, y las debilidades de estas criaturas ofreciendo una experiencia teatral diferente.  Se destaca  sobre todo la labor del conjunto que alcanza un excelente equilibrio basado en el lenguaje de los cuerpos. Sin lugar a dudas, un acertado elenco, todos se lucen por su entrega.

Ficha

Actúan: Leandro Altamore, Nanu Gerones, Valentina Pagliere, Nicolle Scher

Dirección: Juan Brousset

Género: Performático