Lugares incomodos

En vísperas de navidad, Nora baila con su vestido y zapatos con punta aguja mientras entona una melodía. La empleada doméstica acomoda los regalos alrededor del árbol de navidad. Todo es celebración. Su marido, Torvaldo Helmer también tiene motivos para festejar ya que pronto será ascendido a director del banco, el máximo puesto al que puede aspirar y que viene acompañado de un aumento de sueldo.

En la escenografía compuesta por el interior de una casa color rosa pastel con su sillón en el centro y la mesa a tono, se respira el aire de triunfo. Al instante, llega la inesperada visita de Cristina, viuda de Linde, a pedirle ayuda ante la falta de trabajo y Nora intercede para conseguirle un puesto en el banco.

El mayor conflicto se desatará ante el arribo de Nils que está en riesgo de perder el trabajo, por ello, recurre a un secreto que Nora esconde, aprovechando la circunstancia para chantajearla. Aquí comienzan los intentos de Nora por sostener la felicidad y el eje, en una edificación familiar que se desmorona.

La obra de Ibsen, estrenada en 1897 continúa perdurando por su vigencia en la temática, donde aborda aspectos feministas, causando controversias en la época ya que cuestionaba las normas matrimoniales del siglo XIX. En este aspecto, la adaptación de Lorena Ballestero le otorga a la obra una frescura y actualidad, donde los diálogos no quedan desfasados en el tiempo y a la vez, contiene una gran apoyatura en el texto original.

Cabe destacar que las actuaciones de Malena Figó como Nora, Karina Antonelli como la “nana” y Pablo Caramelo interpretando al doctor Rank, interpelan y conmueven al público desde principio a fin. En particular, el pasaje que realiza Malena Figó es interpretado con emotividad, desde una mujer que es “el tesoro” de su esposo, sin cuestionar su lugar en la relación, hasta llegar al quiebre de la obra donde se devela la verdad de su matrimonio.

Otro aspecto clave de las actuaciones del elenco es el uso del espacio físico y los movimientos del cuerpo para expresar sentimientos de alegría o profunda tristeza.

Además, el cambio de vestuario y el trabajo de iluminación es fundamental para denotar las modificaciones que sufren los personajes en cada escena.

En conclusión, la obra “Una casa de muñecas” dirigida por Lorena Ballestero es una magnifica forma de revisitar a un clásico, donde los espectadores podrán reflexionar sobre el patriarcado y sus prácticas vigentes.

 

Ficha:

Intérpretes: Malena Figó, Marcelo Mininno, Yanina Gruden, Martín Urbaneja, Pablo Caramelo y Karina Antonelli

Dirección: Lorena Ballestero

Género: Drama