Entre la espada y la pared

En los años 70’ se inició un periodo sumamente oscuro en la historia argentina: la violencia social y política hizo que los enfrentamientos entre los diversos sectores de la sociedad llegarán al extremo de tener que sostener sus ideas a través de las armas. En ese clima de época, la militancia política devino irremediablemente en la lucha armada.

El texto de Susana Torres Molina, toma como referencia uno de los tantos conflictos de aquel entonces que se originó tras la vuelta de Perón, luego de su largo exilio, cuando toma el poder y le da la espalda a la agrupación de la juventud peronista, que contaba entre sus dirigentes con un tal Mario Firmenich, quien se convertiría más tarde en uno de los referentes de la organización guerrillera “Montoneros”.

Muchos jóvenes del movimiento creyeron que la única salida era tomar las armas, aunque tuvieran que pasar a la clandestinidad renunciando a sus trabajos, al contacto con sus seres queridos, a la cotidianidad de la vida del ciudadano común. Pero, ¿qué sucedería si el deseo de estar con las personas amadas los llevara a cometer una imprudencia? ¿si se desobedeciera una prescripción que la organización hubiera impuesto poniendo a la misma en riesgo? ¿en manos de quién correría más peligro, de los compañeros que temían que fuera detenido y los delatará o de las fuerzas militarizadas que lo torturaría hasta la muerte? el protagonista de la historia es un dirigente que es secuestrado y desaparecido en el año 75’ mientras pasaba un domingo con su familia en un recreo de la costanera.

La dirección -llevada a cabo por Juan Pablo Gómez-, logra darle vida e intensidad al relato sosteniendo la atención del espectador; focalizando su tarea en un fondo rítmico y de una variedad de recursos por demás creativos. Los intérpretes (Nabella Bacigalupo, Lautaro Delgado Tymruk, Guillermina Etkin, Sergio Mayorquin, José Mehrez) tienen la tarea no solo de darle voz al testimonio del dirigente y a los diferentes personajes que interfieren en el desarrollo de la trama, sino que también, marcan con gran precisión el ritmo y los sonidos de los que esta plagada la historia: pasos, disparos, golpes, suspiros, respiraciones, canticos, etc.

El trabajo, en cuanto a coordinación, desplazamientos y efectos que se generan con los elementos manipulados y de los propios cuerpos, es increíble; no se necesita más sobre el escenario. Le basta al público con cerrar los ojos por un instante o dejarse arrastrar por algunas de las imágenes de esta obra, para no caer en el impiadoso pozo donde las bestias del olvido intentan ahogar la memoria de los que alguna vez dieron su vida por sus ideales.

 

Ficha:

Intérpretes: Nabella Bacigalupo, Lautaro Delgado Tymruk, Guillermina Etkin, Sergio Mayorquin, José Mehrez.

Dirección: Juan Pablo Gómez

Género: Drama