El lado oscuro de uno mismo

Lucrecia y Ezequiel, una pareja que intenta mantener su estatus social, cumplir con los objetivos de una pareja perfecta con buen trabajo y un departamento propio. Aun así, se sienten vacios e insatisfechos. En su luna de miel encuentran un bolso lleno de dólares y se lo terminan quedando. Como consecuencia, la tentación, de tener todo lo que una vez solo soñaron, se hace presente y los conflictos en la pareja aparecen. Cuando Ezequiel cree que nada malo podría pasar con satisfacer uno de sus caprichos, otra pareja irrumpe en su pequeño departamento para reclamar lo que en un principio fue suyo. Así la sencilla vida de Lucrecia y Ezequiel da un giro brusco. Dos hombres, dos mujeres, dos parejas que sucumben en la duda, la cobardía y la ambición. Enfrentándose el uno al otro al lado oscuro de sí mismos.

La puesta escénica de Ana Alvarado propone un espacio delimitado por luz fluorescente, una sala de estar  sencilla adornada por algunos sillones y una mesita con algunas bebidas, una lámpara y un teléfono. Donde cada acción y clímax es acompañado por música de fondo e iluminación que torna del rojo al azul o blanco.

El registro actoral y los movimientos escénicos de los actores juegan un papel importante en la historia que nos atrapa y nos permite ver la transformación paulatina de los personajes atreves de la acción.

“Un destino absurdamente pequeño”, una comedia llena de agrios, peligrosos y lujuriosos momentos. Donde los personajes ponen sus prioridades en juego; un cruce entre valores, éticas y morales que plantea una reflexión sobre la verdadera esencia del ser humano; a nuestros deseos ocultos, a la muestra de inconformidad por lo simple y lo pequeño pero más que nada una reflexión al machismo y el poder, que sin duda salen a la luz atreves de la desesperación, la sumisión, la avaricia y la violencia.

Ficha:

Actores: Guillermo Aragonés, Diego Freigedo, Anahí Gadda, Jorgelina Vera

Directora general: Ana Alvarado

Música: Juan Cristóbal Sleich