Trastorno

Trastorno

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: viernes 20hs / sábados a las 20hs Teatro: Centro Cultural de la Cooperación, Sala Solidaridad. Dirección: Av Corrientes 1543 948.

  • Prensa:

    Simkin & Franco

 

El pasado presente

En el panorama teatral contemporáneo, desde hace algunos años, existe una especie de “división del trabajo” por la cual cada persona ocupa un rol determinado: unos actúan, otros dirigen, otros hacen la dramaturgia, otros hacen la música, otros se ocupan de la parte técnica de la puesta en escena, etc. Pero hay personas que escapan a esas costumbres establecidas, no por mera rebeldía de querer diferenciarse del resto, sino porque son artistas completos que tienen conocimiento y dominio de diferentes lenguajes como la poesía (en tanto poiesis aristotélica, como creación y no como reproducción de formas establecidas), la música, las artes plásticas, entre otras. Este es el caso de Pompeyo Audivert, quien en “Trastorno” hizo la adaptación dramatúrgica de “El pasado” de Florencio Sánchez, co-dirige la puesta junto a Andrés Mangone, participó en el diseño escenográfico y por supuesto, actúa encarnando magníficamente a Rosario, el personaje principal de esta obra. Luego de haber trabajado sobre textos de otros autores rioplatenses como Discépolo en “Muñeca” o Roberto Arlt en “La farsa de los ausentes” (basada en “El desierto entra en la ciudad”), ahora es el turno de meterse con el uruguayo Florencio Sánchez, como para cerrar esta especie de trilogía de dramaturgos vernáculos.

Respetando casi al pie de la letra el texto de Sánchez, “Trastorno” nos cuenta la historia de una familia de alta alcurnia de la Buenos Aires de principios del siglo XX, que debido a un suceso imprevisto, comienza a desmoronarse  dejando a la vista una serie de mentiras e invenciones que fueron sosteniendo (sobre todo Rosario, en complicidad con José Antonio, el hijo mayor) durante mucho tiempo para mantener las apariencias ante la mirada de la sociedad conservadora de la época. La obra sirve como pretexto para contar, entre otras cosas, la hipocresía de una clase social que oculta su verdadera cara utilizando una fachada de falsa moral y buenas costumbres para mantener el status quo.

Las actuaciones en un tono melodramático, con algo de tragicómico y hasta por momentos grotesco resaltan el significado de cada una de las palabras del texto, otorgándoles una gran potencia escénica y a pesar de respetar la época original de la obra (1906), le brindan una gran cercanía a la actualidad. Con una impecable puesta en escena en la cual se conjugan a la perfección todos los aspectos técnicos: la iluminación de Leandra Rodríguez, el vestuario de Julio Suárez, la escenografía de Lucía Rabey y Pompeyo Audivert y sobre todo la música en vivo de Claudio Peña. Claramente estamos ante un hecho teatral que no debe dejar de ser visto porque nos permite explorar parte de nuestro acervo cultural histórico rioplatense, del pasado, siempre presente.

Categorías: Reseñas

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