Todos dicen adiós

Todos dicen adiós

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones
    Sábados 21hs
    El Metodo Kairós Teatro
    El Salvador 4530

 

El amor siempre trae dolor

Son infinitas las canciones que hablan del amor en todas sus formas, desde las más felices hasta las más dolorosas, en su historia los musicales han hecho gala de la temática y en este caso Omar Calicchio se focalizo en el trabajo de Stephen Sondheim para escribir esta historia que también dirige.

Dos intérpretes, dos historias, cuatro personajes. El blanco y el negro cubren la escena y los vestuarios,  es mediante el juego de estos valores que se pivotea de una historia a la otra. ¿Por qué blanco y negro? Quizá porque son extremos, o porque carecen de color, por su oposición o porque son muy dramáticos, cualquiera de esas explicaciones es válida y habla de una elección que no es arbitraria, sino que refleja a estos personajes y sus historias.

Manu Perín y Hernán Matorra son… ellos, no importan sus nombres porque estos cuatro personajes que componen pueden ser cualquiera, sus historias pueden generalizarse y muchos se pueden sentir identificados. Esto es porque no hay cosas rebuscadas ni fantasiosas, simplemente se cuenta lo que le pasa a estos personajes, sus amores, desamores, sus momentos de alegría y tristeza, lo que van viviendo y sintiendo juntos y separados, simplemente sus historias, sus vidas… la vida.

Hernán además de actuar y jugar personajes muy disímiles, volviéndose un frívolo o un hombre que vive intensamente sus emociones, se ocupa de la dirección musical y está con su piano en escena. Su música en vivo, genera microclimas y los envuelve a ambos el momento de contar que les pasa a estas personas.

Por su parte Manu le pone la voz a las canciones… y que voz!.  Su decir, su ímpetu, el sentimiento que deposita en cada nota (el mismo que Hernán deja en cada acorde que ejecuta) y la perfección técnica hace un combo que realmente da gusto escuchar, invita a prestarle atención. Pero claro, no es un recital, Manu no es ella sino que es otras y se pone en su piel, interpreta y juega en escena, su trabajo es imponente y cabal.

Las coreografías de Ariel Juin ayudan a jugar este juego, si bien no hay un gran despliegue, básicamente porque no se requiere y no sería apropiado, cada movimiento habla por si solo, exterioriza lo que le pasa a estos seres.

No dejar de mencionar la traducción y adaptación de las canciones, que acerca la historia a nosotros, se vuelven cercanas, creíbles, intensas.

Un muy bien trabajo de Calicchio  (y su asistente Germán Martins) han logrado contar estas historias con crudeza y calidez a la vez. Con una puesta simple pero con personalidad, logra relacionar el entorno en el que se mueven con su interior, con lo que les pasa, todo se vuelve una gran metáfora de si mismo. Aprovecha muy bien las cualidades de los protagonistas para hacerlos relucir en escena.

Una linda obra, con una gran selección musical, que habla de comienzos, durantes  y adioses… y que muestra que aún cuando parece que todo está perdido, puede aparecer un detalle, un nuevo color que provoca un cambio sustancial en la vida.

Ficha:

Libro y dirección de Omar Calicchio.
Con: Manu Perín y Hernán Matorra
El musical contiene canciones de Stephen Sondheim, con traducciones de Marcelo Kotliar y coreografía de Ariel Juín.

Categorías: Musicales, Reseñas

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