De obsesiones, fobias y algunos otros males…

Toc toc es una comedia hilarante sobre las obsesiones con texto del autor francés Laurent Baffie y una impecable dirección de Lía Jelín. Con su octava temporada en la calle Corrientes continúa batiendo récords en la historia del teatro argentino. Una obra divertida que conmueve a los espectadores ya que tratándose de compulsiones humanas nadie puede dejar de sentirse algo identificado con cualquiera de los protagonistas.

Seis personajes que sufren de trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) asisten a una consulta con uno de los mejores psiquiatras puesto que, según dicen, una sola sesión le basta para curar por siempre cualquier padecimiento. Allí se encontrarán en la sala de espera del consultorio con el fin de solucionar sus problemas, pero el doctor demorará lo suficiente para que sean ellos mismos los que tengan que enfrentar sus propias dolencias y tratar de llegar a resolverlas.

Toda la acción ocurre en un mismo tiempo y espacio, la sala de espera. El ritmo viene marcado en la puesta por el juego de luces y la banda sonora que llevan adelante los actores con sus voces mismas o con ruidos y golpes, destacándose por lo tanto el trabajo con el cuerpo. Aquí con una amplia coreografía de movimientos y mucha química en escena el elenco se luce por completo. Se destacan especialmente Mauricio Dayub como Alfredo, el personaje que sufre de síndrome de tourette que consiste es la compulsión de decir palabras groseras repentinamente acompañadas de movimientos o sonidos extraños. Asimismo, Daniel Casablanca como Camilo, el taxista que padece de aritmomanía, es decir, la obsesión patológica de realizar continuos cálculos mentales y de regular toda actividad según cifras.

En la espera del doctor que no llega los personajes empiezan a conocerse y deciden realizar ellos mismos una sesión de terapia grupal. La idea es que cada uno tenga un tiempo determinado para probarse y enfrentar su fobia. En este recorrido no sólo se le ofrecen divertidas situaciones al público sino que también se abren reflexiones sobre la individualidad y la relación con los demás. Los protagonistas comienzan a contemplar que la solución pareciera ser dejar de centrarse en ellos mismos y sus propios problemas y empezar a ver al otro como una ayuda o apoyo. Y así al igual que los personajes los espectadores se van, no sólo habiendo disfrutado de un gran momento, sino también convencidos de que los logros se pueden alcanzar a pesar de todo y que lo último que se pierde es la esperanza.

Ficha:

Mauricio Dayub, Gimena Riestra, Daniel Casablanca, Laura Azcurra, Natacha Córdoba, Juan Grandinetti y Jorgelina Vera; bajo la dirección Lía Jelín, y producción de Sebastián Blutrach, Eloísa Cantón, Bruno Pedemonti y el productor mexicano Morris Gilbert.