Tijeras salvajes

Ficha

  • Datos de funciones:

    En cartelera

  • Prensa:

    Raquel Flotta

 

Todo tranqui en la pelu

Una peluquería moderna, colorida, en la que no falta nada, hay cómodos sillones para la espera, enormes espejos, espacio para lavados, de todo; el local se encuentra en la planta baja de un edificio y además de la puerta que da a la calle, tiene otra que comunica con la salida de servicio, el baño y el resto del edificio.

Poco a poco van ingresando los protagonistas, el dueño del lugar Tony (Alejandro Paker) y su asistente Baby (Andrea Politti) son el alma del lugar, divertidos, buena onda, receptivos, muy amiguis (¿si?), él súper colorido e histriónico y ella es una simpática paraguaya, dueña de una enorme cabellera enrulada. María de Pilar (Linda Peretz), una excéntrica señora bien que se prepara para tomar un avión rumbo a Cancún y un anticuario (Mario Pasik) que aprovecha para ir a cortarse el pelo, mientras espera para subir al departamento de una pianista, con la que tiene que hacer un negocio.

La concertista es la dueña del edificio y la realidad es que no es muy querida, toca todo el tiempo y es tan alto el sonido, que dificulta cualquier conversación o momento de paz en el lugar, lo que tiene un poco molesto al coiffeur, quién además de tener su negocio ahí, vive en el piso inferior a la señora.

Todo transcurre con normalidad en el lugar, hasta que llega una funesta noticia: la pianista fue asesinada. Llega el inspector (Diego  Reinhold) con un policía (Galo Hagel), comienzan la investigación y uno de los diferenciales más grandes del espectáculo, es momento de improvisar.

Si bien obviamente hay un guion que sostiene, a partir de ese momento, el inspector le pide al público que colabore como testigo de los hechos y no se sabe para dónde va a ir el espectáculo, tal así, que el final está muy influenciado por lo que los espectadores vayan diciendo.

Un espectáculo ágil, sólido, divertidísimo, en el que todos los intérpretes están muy bien en su rol, juegan en escena y despliegan su veta humorística, se puede decir que la segunda parte la mayor parte del peso cae sobre el brillante Reinhold. Diego se pone en la piel del personaje más “caricaturesco” y su rol en el contacto con el público es esencial, lleva el hilo de lo que pasa, su rapidez y capacidad para improvisar, llevan al público a participar activamente, mientras el resto de sus compañeros hacen lo propio y se suman al juego.

La dirección está a cargo de Manuel González Gil, quién dio con los derechos del espectáculo en una gira por México, realiza un gran trabajo, logrando de todo se dé con mucha naturalidad y el cambio de una etapa a la otra sea orgánico y lúdico. Logra que la comedia brille y se mantenga arriba de punta a punta.

Definitivamente esta comedia escrita ir Paul Porter, que lleva más de 40 años en cartel en EEUU, superó los 14 millones de espectadores y cosechó varios premios relevantes, es una excelente opción refrescante, diferente y sobre todo, muy divertida. Es común escuchar que en el teatro cada función es única y distinta, pero en este caso ese es el diferencial frente al resto de las comedias.

Ficha:

Dirección: Manuel González Gil

Con: Andrea Politti, Diego Reinhold, Mario Pasik, Alejandro Paker, Galo Hagel y Linda Peretz.

Género: Comedia

Categorías: Reseñas

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