Un juego peligroso

Si hiciésemos el esfuerzo por recordar las tiras televisivas juveniles de hace diez años, recordaríamos que las mismas desbordaban en mensajes de alegría, belleza hegemónica, resolución de conflictos de maneras disparatadas y la amistad como símbolo de paz y superación para cualquier situación. Uno se imaginaba a esas estrellas como verdaderos amigos, incluso detrás de las cámaras. Sin embargo, nunca nada es lo que parece. Y los mismos mensajes que la tira intentaba transmitir, podían ser, en algunos casos, contraproducente.

En ‘’Stalker, el juego comienza’’, el espectador es testigo de la fiesta re- encuentro de los antiguos actores de la exitosa serie juvenil Caramelitos. Diez años después, estos trece ex compañeros recuerdan los divertidos momentos vividos en esa época de sus vidas, como así también, los conflictos a los que se enfrentaban a diario. En algunos casos, varios han logrado triunfar en el mundo del espectáculo. En otros, no. Pero hay un único factor que los une: la nostalgia. Ante ella, se desatan discusiones y reproches sin sentido. Todo ello, frente a la presencia de un extraño testigo: el mozo de la fiesta.  De repente, éste irrumpe desde su silencio, declarándose admirador y verdugo del elenco. Oriundo del Chaco, acusa a los Caramelitos de ser los culpables de sus desdichas. Ellos, a través de la televisión, le mostraron un mundo de fantasía que el soñaba vivir pero que jamás pudo tener. Es por ello que, bajo la excusa de la fiesta, los reúne y los hace participar de un macabro juego en el que uno a uno deberán ir eligiendo quien continuará viviendo y quién no. La miseria humana en su máxima expresión, se hace presente en escena.

Escrita por Juan Paya y dirigida por Cristian Quiroga, Stalker mantiene a la audiencia expectante minuto a minuto. Todo un desafío para la dirección, al contar con catorce actores en escena. La dinámica de grupo funciona fluidamente y el espacio escénico es aprovechado en toda su extensión. Los actores demuestran una interacción para nada artificial y forzada. Los momentos hilarantes generan aplausos espontáneos en el público.

Stalker es una comedia tragicómica, que invita a pensar sobre cuánto deseamos saber de los demás y para qué. Los enredos y de la trama, más la coreografía casi del final, son una verdadera joya.

Ficha:

De Juan Paya, con dirección de Cristhian Quiroga. Protagonizada por Elias Cordoba, Mumy de los Rios, Lucas Vena, Facundo Posincovich, Lupe Torres, Tamara Otero, Maximiliano Olmedo, Matias Lujan, Camila Geringer, Tatiana Schreiner, Romina La Rosa, Juanqui Fortuny, Florencia Fiare y Mariano Martina.