Sería una pena que se marchitaran las plantas

Sería una pena que se marchitaran las plantas

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    Marisol Cambre

 

Una obra que se busca a sí misma

Luego del éxito de su pieza teatral «Mi hijo camina un poco más lento», el director y dramaturgo de origen croata Ivor Martinic, nos presenta su nueva obra escrita, dirigida y actuada por él: se trata de «Sería una pena que se marchitaran las plantas».

Lo particular en este caso, es que la obra no presenta una puesta en escena con estructura clásica, sino que la escenografía consiste en un escenario vacío que invita al público a desplegar su imaginación. Así es como, al comenzar la obra, encontramos frente a la pareja de actores, el director, un banco y un ventilador. El resto son descripciones del espacio a través de la narración: se encuentran en un departamento de algún barrio muy transitado de la Ciudad de Buenos Aires, con algunas plantas, un sillón, una mesa. El resto es simplemente soñar.

La obra relata la historia de una ruptura amorosa entre dos jóvenes, que deja una especie de eco, de murmullo, resonando en la vida de ambos. Mientras él se queda en el departamento, ella entra y sale de él. Ninguno puede olvidar al otro. Necesitan volver a verse, hablarse, recordar para así entender qué les sucedió.

Martinic, a su vez, tiene un rol activo durante el desarrollo de los diálogos y escenas aportando ideas, haciendo interrupciones, comentando con el público lo que sucede e incluso hablando con los personajes sobre lo que piensan o sienten. El vestuario es simple, casual. Cambian las escenas, pero el mismo se mantiene durante toda la obra. Por otro lado, los juegos de luces son pedidos explícitamente por los actores y el director, teniendo en cuenta la particularidad de cada escena. Esto provoca que la obra sea distinta en cada interpretación.

Despojada de guiones larguísimos con tintes de melodrama, y a partir de las impecables actuaciones del argentino Victorio D’Alessandro y la catalana Júlia Ferré, en esta versión de «Sería una pena…», (existe otra versión en donde cambian los actores), se logran percibir los matices y contradicciones de una pareja joven, a través de un guión aparentemente simple, en un mundo moderno que espera demasiado de su relación y que intenta (como la obra) buscar la mejor versión de lo que fue.

Ficha:

Director: Ivor Martinic

Actores: Julia Ferré y Victorio D’Alessandro

 

Categorías: Reseñas

Escribe un comentario

Only registered users can comment.