Satori (Nada es real)

Satori  (Nada es real)

Ficha

  • Datos de funciones:

    Todos los sábados de julio y sábado 5 y 12 de agosto, 17 h. Todos los domingos de junio y julio, y domingo 6 de agosto, 21 h.
    Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, CABA

  • Prensa:

    Prensa: Marisol Cambre

 

Ser, tal vez.

La obra es un viaje para  los sentidos; una propuesta original y compleja que golpea con gran impacto visual al espectador para llevarlo en un paseo nada lineal por el tránsito de este joven que busca su esencia.

Un muchacho común, un poco olvidado por la existencia, una persona no muy deseada en su quehacer cotidiano llega al domicilio en el que vive de prestado y – tras abrir una puerta enorme y maravillosa que oculta el escenario-  se encuentra con un cuerpo inerte tirado en el piso. ¿Quién es ése que está ahí? ¿Es real? ¿Su nombre? Ese es el punto de partida, simple y cargado de misterio.

Satori es iluminación, comprensión. El momento en que un concepto se integra plenamente. Aquí, es una lectura surreal del hecho de existir en un momento; una sucesión de ahoras que probablemente estén sucediendo.

La obra está conformada por micro escenas: situaciones  breves y contundentes que se suceden en una atmósfera onírica y, en una lectura totalmente personal, cargada de una cierta estética pop. El material principal es  un trabajo corporal impecable, potente, en el que los dos actores, los muy jóvenes Nicolás Goldschmidt y Milva Leonardi,  hacen gala de un dominio muy atractivo del impulso, el ritmo y la coordinación;  dos cuerpos muy bellamente elaborados en la plasticidad y una sutil sensualidad que abarca toda la obra.  La dramaturgia es de la exquisita actriz Julieta Vallina sobre textos de Mario Levrero, referenciado además físicamente mediante múltiples conejos de colores  proyectados sobre el fondo como un sinfín, así como por el uso de la alternancia de los roles de los personajes: como en la vida misma, el que por momentos acecha es en otros momentos quien es acechado.  La escenografía nos muestra un espacio prístino, minimalista, muy iluminado; se sugiere etéreo e irreal, como un lienzo dispuesto a la primera pincelada. El vestuario es preciso: borra las diferencias por momentos y cuando lo requiere,  logra destacarlas al máximo,  con un solo elemento –un vestido- que permite concentrar la idea de femineidad, voluptuosidad, pasión.  Muy interesante.

Ficha:

Dirección: Julieta Vallina
Actores: Nicolás Goldschmidt y Milva Leonardi.

Categorías: Reseñas

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