Intimo e interactivo

¿Hay alguien en la sala que no sepa quién soy, que haya venido a acompañar a otra persona o esté acá bajo amenaza? pregunta para romper el hielo Agustín  Aristarán… Rada (para quienes sí lo conocen); ante varias manos alzadas, focaliza en la más cercana y le cuenta que si bien hace varias cosas, básicamente es mago y esa noche, queda más claro que nunca.

Acompañado por Charly Palermo y Pablo Vignati, dos compañeros de su banda “Los colibriquis”, el buen ritmo está garantizado, porque este es básicamente un espectáculo de magia, pero no solo eso, también hay música, canciones, humor y juegos, pero sobre todo un tsunami de buena vibra.

Rada cuenta un poco quién es, como comenzó, el origen de su nombre y usa este relato como excusa para hacer de las suyas. Si bien esta vez el show se está haciendo en un teatro grande, la puesta puede ser llevada desde un living hasta el Luna Park (lugar en el que ya lo hizo y llenó), e independientemente de la cantidad de gente que lo vea, logra mantener la mística e intimidad que se requiere.

La puesta pinta el mapa de lo que se va a ver, tiene todos los elementos que utilizará a lo largo de su recorrido, pero obviamente así como se ve, también se oculta, todo está perfectamente acomodado y con las luces justas para que pueda hacer su magia sin levantar sospechas, porque el trabajo de un mago comienza mucho antes de hacer el truco.

Un hermoso diseño luminotécnico que  acompañado de confeti y los elementos que Agustín va usando en el escenario, generan climas de lo más diversos; si bien los colores fríos son la marca registrada del espectáculo, cuando aparecen los cálidos, mezclados con haces de luz blancos el entorno parece desaparecer y la energía se concentra por ejemplo, en una canción. La puesta logra recortar figuras armoniosamente y genera “fotos vivas” maravillosas.

El timing y la agilidad que tiene en el escenario, el manejo del público y su calidad de showman, dejan entrever los años que lleva pisando las tablas y también una cualidad innata que no se puede negar.

Pero claro, así como todo espectáculo necesita de su público para completarse, aún más uno donde la magia es central y en este caso además de ver, los asistentes se transforman en cómplices y participan activamente; esto no queda relegado a quienes aceptan subir al escenario para los diferentes desafíos, sino que toda la platea, es desde su lugar, parte de magia colectiva, todos participan.

Para Rada el público es parte de su juego y sabe cómo encenderlo para que lo acompañen en con sus ilusiones, cantando o hasta haciendo una coreo, tiene un gran manejo de sala.

Es lo que se dice un artista completo que se rodea de grandes profesionales, así queda demostrado con sus músicos, pero fundamentalmente sabe lo que hace y arma sus espectáculos con el equilibrio necesario entre las risas y atentos silencios de quienes lo están viendo, propone un tobogán zigzagueante por el que tirarse para pasarla bien.

Después de pasear este espectáculo por muchos lugares y levantar varios premios en el camino, decide ponerle fin porque según el mismo dice, hay que terminar para darle lugar a los nuevos proyectos (siendo el próximo un gran desafío desde lo actoral), pero como sabe lo que hace, a este lo está despidiendo con todo, bien arriba.

La cartelera porteña por suerte está cada vez más nutrida, la oferta no para de crecer, pero “Revuelto” es realmente un show único y distinto al resto de las propuestas, un espectáculo en el que no van a dejar de divertirse y sorprenderse… el “dale, no puede ser” está garantizado.

Ficha:

De y con: Agustín Aristarán “Soy Rada”

Músicos: Charly Palermo (dirección musical, bajo y voces) y Pablo Vignati (percusión y voces)

Género: BigShow