Revolución surrealista

Revolución surrealista

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: sábados a las 22.30hs
    Teatro: Centro Cultural de la Cooperación, sala Tuñón
    Av. Corrientes 1551

  • Prensa:

    Prensa: Simkin & Franco

 

De revoluciones

Esos ojos de muñeco no sirven para describir el mundo que hay detrás de ti… A. Dárgelos.

¿Cuál es el hecho teatral que propone La Revolución Surrealistai? El espectáculo propone realizar un homenaje teatral/poético/ideológico a los “hombres y mujeres que formaron parte de la aventura surrealista”. Ahora bien, la resolución va desde el racconto, el resumen cronológico, hasta la encarnación escénica de métodos creados por el movimiento.

La puesta en escena de La Revolución Surrealista manifiesta la complejidad que provoca el abordaje de una vanguardia estética compleja e inteorizable. Como todo imaginario surrealista podría prever, los recursos utilizados simbolizan y referencian un espacio onírico. Luces azuladas, conejillos de peluche, muñecas malignamente esotéricas, erotismo asexuado, cánones latinizados, y algo que en la obra es exquisito, cual cadáver: toneladas de chansons francesas. Es decir, el espectador percibe al instante la atmósfera a la que es invitado a introducirse.

No hay puesta en escena sin actores. Ellos son: María Atencio, Juliana Beltrán, Martín Farabello, Gabriela Proaño, Rosana Traverso y Sofía Vera. Cual coro griego, las actrices exponen brutamente, cual diamante sin facetar, textos, manifiestos, anécdotas, datos, joyas de la historia surreal.

Taimados o timados, los espectadores elegirán qué pensar sobre La Revolución Surrealista desde el primer instante que se apaguen las luces de la sala Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación. Desde ya, el surrealismo excede los meros hombres y nombres: es algo más que André Breton, algo más que Antonin Artaud. A quien quiera investigar la historia íntima del surrealismo, su vida, su esplendor, su muerte, su banalización, un sinfín de experiencias y pensamientos le serán retribuidos. Esta obra, tal vez resulte una puerta de entrada a uno de los movimientos que marcaron el siglo XX.

Finalicemos: la obra rescata la euforia que todo amor, es decir, toda revolución necesita al realizarse. No hay surrealismo sin sueño. No hay surrealismo sin material. No hay surrealismo sin realidad. Lo que hay: un hecho teatral que invita constantemente a la evasión; a la revolución.

Ficha:

Autor / Idea original / Director: Eduardo Gilio

Materiales escénicos, Objetos y Actuación: María Atencio, Juliana Beltrán,

Martín Farabello, Gabriela Proaño, Rosana Traverso y Sofía Vera

Categorías: Reseñas

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