Mujer en flor

Rayito de Sol es una obra hecha por mujeres y eso para mí, ya es una razón para verla. Una actriz, una dramaturga y una directora se reunieron para contar una historia, la historia de una mujer. Aunque te mentiría si te digo que es la historia de una sola porque en realidad Rayito de Sol es una hermosa, divertida, locuaz, sensible, exquisita, sufriente, aguerrida y perfecta amalgama de las historias de muchas.

El texto de Natalia Villamil es exquisito, de una poesía que conmueve. Y quisiera contar muchas cosas que pasan en la obra pero prefiero dejar que el público disfrute tan plenamente como yo de ir descubriendo la historia en vivo, decodificando cada metáfora y saboreando cada uno de los tantos aciertos con los que se luce la autora.

La puesta en escena es sencilla y eso, creo, la hace más bella. Un kiosko-ventana típico de pueblo sirve como comienzo del viaje que transita Rayito y luego se va transformado en los demás lugares que la acompañan, aportando imágenes corpóreas al ya nutrido imaginario que propone esta obra. Se nota, además, que Cintia Miraglia, la directora, supo aprovechar todos los recursos de una actriz como Leticia Torres, quien completa este trío estelar de mujeres.

Leticia le entrega de lleno su cuerpo al personaje de Rayito, un cuerpo que se somete al juego del amor, del humor, del dolor, de la violencia y hasta de la música. Su voz irrumpe en la escena llenando cada hueco del espacio, conquistándote desde el inicio con una tonadita provinciana adorable y una energía arrolladora. Porque Leticia maneja perfectamente el humor que se cuela entre el drama de Rayito, y tiene la gran capacidad de sostener el contacto con su público durante todo el monólogo. No creo que haya habido un alma en el público capaz de distraerse con Rayito Leticia o Leticia Rayito. Porque se fusionan la una con la otra y en esta comunión estamos todas las mujeres, que hacemos y nos deshacemos, que vamos por la vida a veces marchitándonos hasta que reflorecemos, que amamos, a veces con culpa y otras veces con dolor, que dudamos, que sufrimos, que a veces decidimos entre opciones imposibles y otras veces las decisiones nos pasan por encima, porque vaya a saber qué ovario poliquístico nos detiene, como a Rayito.

Si querés sentir el calorcito de un rayito de poesía, humor, ternura y amor de mujer, anda a ver lo que armó este trío.