Elogio y culminación del amor

Una dulce melodía suena en la habitación donde descansa el piano. En la oscuridad de la sala de madera adornada con alfombras y espejos inmensos en las paredes, Carlos Britez interpreta otros acordes para que el piano cobre vida y protagonismo.

Mientras la música nos permite introducirnos en el clima de la obra, el actor Julio César Fernández entra a la sala y comienzan a cantar, generando interrogantes que se pueden formular de la siguiente manera: ¿Qué cosa es el amor? ¿Por qué nos duelen tanto las ausencias amorosas? ¿Cómo erradicar el dolor de la pérdida? En el repertorio de canciones donde no faltan los clásicos boleros, el actor muta, realiza coreografías, cambia su vestuario acorde al personaje que debe representar y en sus expresiones denota las transformaciones del alma, desde el enamoramiento a la angustia, de la resignación al deseo. Incluso, en los soliloquios y al recitar un poema, se deja lugar para el humor y la crítica política, planteando un giro en una obra donde predomina la música.

 

La acertada iluminación acompaña al protagonista generando un clima intimista de luces y sombras. Al observar el ventanal, ¿Qué imagina que hay en el exterior? ¿Acaso con la mirada recuerda al amor ausente?  Juan Gelman escribía en un poema: “Nos vamos corazón a otra parte/ hace mal que no puedas sacar los pies de la tristeza”^[1]. Pero el actor no tiene más que quedarse con el amor o el desamor en el cuerpo, plasmado en el movimiento de sus manos, en la angustia de sus ojos. El amor y el desamor son las caras de una misma moneda.

 

En cuanto al espacio escénico tenemos una puesta minimalista, con elementos básicos como una mesa, una silla y un piano donde Carlos Britez y Mario de Risco Blanco, interpretan melodías que adquieren intensidad según el contenido de la canción. Esta ausencia de ornamentación y floritura, permite, en la concepción escenográfica, un acabado preciso donde la cotidianidad de los elementos sirve para representar el desarrollo de los recursos dramáticos. La proximidad escénica entre el protagonista, los músicos y los espectadores nos atraviesa generando un clima en relación a las manifestaciones y cambios de estado del actor.

 

La obra de teatro musical, “Que cosa es el amor” cuenta con la dirección de Paola Krum, la formidable actuación de Julio César Fernández, la dirección musical, arreglos y piano de Carlos Britez y en flauta y trompeta: Mario de Risco Blanco.

Al fin y al cabo, nos queda abierta la pregunta  ¿Qué cosa es el amor? Por lo pronto, mi recomendación es ir a ver esta obra que nos propone preguntarnos sobre el amor y nos permite abrir las ventanas a nuevos interrogantes posibles.

 

Ficha:

Idea, libro y actuación: Julio César Fernández. Trompeta, flauta y violín: Mario César del Risco Blanco. Dirección musical, arreglos y piano: Carlos Britez. Dirección actoral: Paola Krum.

^[1] Gelman, Juan. (1982) “Hacia el sur”. Marcha Editores.