Piaf

Piaf

Ficha

 

No se arrepintió de nada

Un ambiente plomizo, teñido mayormente de ocre y sepia, prima para dar cuenta de este París de mediados del siglo pasado; una imagen muy cinematográfica, mezclada con la pasión y el calor del teatro, el contexto invita a meterse en ese clima tan particular desde el primer momento.

Elena Roger nuevamente le presta su cuerpo, su voz y sobre todo su corazón a Edith Piaf, la acompaña un elenco grandioso y una banda pequeña pero deliciosa.

“El gorrión de París”, tuvo una vida muy difícil, su padre se fue antes de su nacimiento, su madre (que no llegó al hospital y la tuvo en la calle), como era muy pobre la dejó con su abuela, luego vivió con su otra abuela, quién la crió en un prostíbulo normando y finalmente, una vez que finalizó la Segunda Guerra Mundial, se fue a vivir con su papá. Tenían una vida muy humilde y pasó muchas necesidades, pero tuvo la suerte de cantar en la calle con su progenitor, hábito que luego mantuvo sola y así fue descubierta y comenzó su escalera a la fama.

A los 21 años comenzó una nueva vida, cuando se topó con el empresario del espectáculo Louis Leplèe, quien le vio algo muy especial y apostó a ella, dando lugar a una carrera increíble y vertiginosa, con muchos altibajos, amores, desamores, adicciones y padecimientos; paso de ser una muchacha que cantaba en una esquina a ser la cantante mejor paga del mundo.

En esta puesta, cada actor lleva a cabo diferentes roles (salvo Elena y Julia Calvo), para contar esta historia de vida, cada uno de ellos se transforma para dar paso a cada personaje, diferenciándolo de los demás; esto da cuenta de un trabajo arduo y minucioso, en conjunto con el director.

A veces es difícil imaginar quien podría interpretar a ciertos personajes, pero en este caso, lo complicado es pensarlo sin Elena, es un rol que le calza perfecto, parece hecho para ella, no hay ninguna observación, nada que empañe su brillante trabajo. No es ninguna novedad que tiene una voz privilegiada, que es una intérprete enorme y una gran actriz, pero en este caso, todas sus virtudes se ven aún más potenciadas de lo habitual.

“La Roger” controla con sutileza desde el más pequeño de los movimientos, hasta la interpretación más visceral, cruda y explosiva, su postura, su caminar, su expresión y el reflejo de todo eso en su expresión y en su voz, son detalles exquisitos. Conmueve, emociona, deja perplejo al espectador.

Adrián Suar (productor del espectáculo) antes del inicio de la función, dijo en el escenario, que la protagonista estaba poseída por el espíritu de Edith y seguramente algo de eso haya…

De este elenco fabuloso, vale resaltar a otra artista impecable, como es Natalia Cociuffo, quien cumple tres roles diferentes, tocando fibras sensibles y sumando a la historia, sobre todo cuando una rubia cabellera la transforma en Marlene. Natalia y Elena juntas en escena, solas, no necesitan más, son deslumbrantes.

Cabe también destacar a Julia Calvo, en la piel de Toine, la eterna e incondicional amiga de la protagonista, un poco bruta, pero sumamente emocional y generosa,  la acompaña a lo largo de su vida, más allá del tiempo, lugar y circunstancias, adorable composición.

Realmente todo el elenco tiene un nivel muy alto, grandes voces con muy buenas interpretaciones, logran una amalgama súper interesante y todos tienen la posibilidad de lucirse en varias oportunidades. Ellos son: Diego Jaraz, Iván Espeche, Nacho Pérez Cortés, Rodrigo Pedreira, Angel Hernández, Federico Llambí, Eduardo Paglieri, Romina Groppo, Martín Andrada y Gustavo Guzmán.

Si bien los espacios van cambiando para mostrar, no solo los diferentes lugares en que se desarrolla la historia, sino que también se vuelve reflejo de los cambios en su vida, el espíritu se mantiene, hay un hilo conductor en todo lo que se va mostrando. El diseño de luces, junto con el humo, son un gran aporte a la hora de crear climas y resaltar momentos; cuando Elena está sola en escena, de esta puesta depende terminar de contar bien el cuento.

El vestuario refleja la época, la clase social y el ámbito en el que se mueven los personajes, siendo el típico vestidito negro de Edith, la pieza más significativa, por el simple hecho de ser su sello personal. Muy buenos diseños.

La dirección realizada por el británico Jamie Lloyd es precisa, logra que todo fluya e manera natural y ágil, además de prestar tanta atención a la puesta como a la dirección de actores, logrando un producto de alta gama. El no hace solo este trabajo, sino que también está Edgardo “el negro” Milán, como Director repositor.

No se puede dejar pasar el hecho que, con este espectáculo, se reabrió una sala que llevaba años con sus puertas cerradas y esto no fue azaroso, ya que según contaron en la previa del pre-estreno Carlos y Tomás Rottemberg, quería retomar la actividad con “Piaf” a como de lugar. Es para esto que reacondicionaron la sala, se colocaron mesas en lugar de platea delantera y unos pintorescos veladorcitos rojos en la planta baja, para recrear en parte el ambiente en el que el personaje central trabajó tanto tiempo.

Es así, como el 26 de julio del 2022, al cumplirse 150 de la inauguración de la sala, el telón, volvió a levantarse.

Una historia de vida intensa, contada magníficamente, con una protagonista inmensa, que lleva este personaje como una segunda piel. Para todos aquellos que sueñan con ir a ver musicales a Broadway, al West End o a Madrid, antes de subirse al avión, háganse el favor de pasar por el Liceo y todos los demás… también.

 

Ficha:

Con: Elena Roger, Julia Calvo, Natalia Cociuffo,  Diego Jaraz, Iván Espeche, Nacho Pérez Cortés, Rodrigo Pedreira, Angel Hernández, Federico Llambí, Eduardo Paglieri, Romina Groppo, Martín Andrada y Gustavo Guzmán.

Músicos: Carlos Britez (Dirección musical y piano), Gabriel Abramovich (acordeón) y Hernán Matorra (músico alternante)

Dirección: Jamie Lloyd

Director de reposición: Edgardo “el negro” Milán

Género: #Musical #drama

Categorías: Musicales, Reseñas

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