Antes del fin

Cuatro mujeres conviven dentro de una habitación con una cama cucheta y una lona para recostarse; entre el desorden y la precariedad, deben sobrevivir en su propio encierro, apartadas de un mundo que juega con otras reglas y, en el cual, jamás podrán encajar.

Todos los personajes de esta historia están al límite tanto de la marginalidad como de lo grotesco. Una de ellas, por ejemplo, tiene el sueño de competir profesionalmente al tenis, aunque esta pasada de años y no pueda ganarle ni un solo partido a los adolescentes (de menor categoría) que enfrenta; la otra, es su entrenadora que sin tener mucha idea del deporte la alienta hasta el desánimo, sosteniendo un dejo de ilusión que resiste la envestida de cada derrota; como testigos de esta epopeya están, por un lado:  una maestra retirada de su cargo – por trastornos psicológicos- que da , a su vez, testimonio de su paso por la aulas; y por el otro, una mujer que casi no sale de la cama, atrapada muchas veces por un deseo exacerbado, que si bien casi no habla, no hay que restarle importancia.

Cada uno de los personajes se configura como una pieza perfectamente delineada y funcional que pone en marcha esta atrapante pieza teatral.

La obra fue escrita por Andrés Binetti sobre la base de unas improvisaciones en el año 2006. Se ve en la estructura la preponderancia de la acción dramática y la relevancia de las situaciones por sobre el hilo argumental. Es, sin dudas, una obra que interpela y pretende despertar preguntas en el espectador más que trasmitir un mensaje. Abordada desde este lugar de exploración escénica, la dirección de Nicolás Manasseri, enriquece de manera admirable la impronta del texto: permite que cada una de las actrices desarrollen al máximo sus posibilidades interpretativas, construye climas de gran intensidad e hilarante humor, y hace que lo más oscuro de las situaciones se vuelva dinámico e irreverente.

Cabe destacar las actuaciones de Laura Manzini, Jowy Sztryk, Alejandra Oteiza y Martina Zapico, quienes componen estos cuatro personajes con gran atino y precisión; cada una de las caracterizaciones está claramente definida y jugada al extremo entre el realismo y el grotesco. Logran generar – ante el público-  una gran empatía, capturando su atención e interés, a lo largo de toda la obra. La escenografía y el vestuario se muestran a acordes a la propuesta recreando un ámbito sombrío y de abandono.

“Petit hotel Chernobyl” es una muy buena obra, con excelentes actuaciones, una dirección notable y con un universo propio en el cual vale la pena sumergirse.

 

Ficha:

Intérprete: Laura Manzini, Jowy Sztryk (reemplazo de Fernanda Provenzano), Alejandra Oteiza, Martina Zapico.

Dirección: Nicolás Manasseri