Paquito (la cabeza contra el suelo)

Ficha

  • Datos de funciones:

    En cartelera

  • Prensa:

    Octavia

 

Memorias de un diseñador

«Hablar de ternura en estos tiempos de ferocidades no es ninguna ingenuidad. Es un concepto profundamente político. Es poner el acento en la necesidad de resistir la barbarización de los lazos sociales que atraviesan nuestros mundos.» Fernando Ulloa.

Francisco Vicente Jaumandreu fue un diseñador de moda y vestuarista de algunas de las más emblemáticas películas del cine nacional. Se codeo con grandes estrellas de la pantalla grande, actrices famosas como Zully Moreno o la Coca Sarli vistieron sus diseños. Con muchas de ellas estableció un vínculo de amistad y admiración mutua. Sin embargo, la relación que más lo marcó fue la que mantuvo con una ex actriz que llego a convertirse en un símbolo de la lucha por la desigualdad y la lucha social ocupando un lugar preponderante en la historia política del país: “Evita”.

En el 1996, en una película protagonizada por Esther Goris, se dará un dialogo entre la abanderada de los humildes y su modisto (Paquito), que resume lo que significo esa relación; él le dice a ella: “En este país despiadado, ser puto, ser pobre o ser Eva Perón es la misma cosa”.

En aquella sociedad, sumamente conservadora y aristocrática, tanto la pobreza como la homosexualidad eran estigmas que conducían inevitablemente a la marginación: ser “puto” y encima “cabecita negra” era, por demás, estar en el foco de la atención y del desprecio social. En ese clima de rechazo y hostilidad se forjo la figura de este modisto que fue mucho más que un diseñador de moda: fue alguien que se irguió ante los prejuicios de la época, asumió públicamente su condición, y lucho por ganarse el lugar en una vida donde el amor y la ternura parecieran no tener cabida.

El musical “Paquito (la cabeza contra el suelo)”, cuya dirección e idea original es de Juanse Rausch, es fundamentalmente un alegato contra la marginación, el rechazo, el desprecio por el otro según su condición social o sexual. Y, por otro lado, es la historia de una vida que fue vivida con intensidad, valentía y pasión.

El director, construye maravillosamente una puesta en la cual los retazos de la biografía se arman como piezas de un rompecabezas que se ubican más allá de un orden cronológico: se ordenan por su intensidad e importancia. Y es así, como se desprenden imágenes, anécdotas, y recuerdos de la cabeza de este artista.

Cabe destacar el trabajo de cada uno de sus intérpretes: Nicolás Martin (Paco Jamandreu), Maiamar Abrodos (tía/Isabel Sarli), Matías López Barrios (amante/él), Lucía Adúriz Bravo (tía/Fanny Navarro), Paola Medrano (tía/Azucena Maizani) y Sebastián Sonenblum (pianista). La calidad artística, el compromiso corporal, las interpretaciones y el talento musical de los antes mencionados hace de este espectáculo uno de los mejores de la cartelera actual.

Sin dudas, ésta es una propuesta para no perderse; una obra de una gran profundidad que mantiene al público atento de principio a fin, que lo hace reír, emocionarse y reflexionar sobre un mundo donde la dureza no debiera doblegar la ternura que nos vuelve más humanos.

 

Ficha:

Intérpretes: Nicolás Martin (Paco Jamandreu), Maiamar Abrodos (tía/Isabel Sarli), Matías López Barrios (amante/él), Lucía Adúriz Bravo (tía/Fanny Navarro), Paola Medrano (tía/Azucena Maizani)

Pianista: Sebastián Sonenblum

Dirección e idea original: Juanse Rausch

Género: Musical

 

Categorías: Reseñas

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