Poesía de la sonoridad y el desencuentro

En el interior de una casa obrera con pocos muebles y algunas ollas apiladas arriba de la alacena, una pareja desconsolada convive rememorando sucesos. Algunas de estas anécdotas se corresponden a los tiempos en que trabajan como ama de llaves y chofer, uniéndolos irreductiblemente a su fallecido patrón del campo.

Dos memorias desencontradas que repasan sus intereses y anhelos; volcados a la ausencia y desesperación narran historias de paisajes diferentes.

Por un lado, Beth, protagonizado por Laura Cristal, recuerda un paseo por la playa y el advenimiento del amor pasional. Por otro lado, los episodios anecdóticos de Duff, representado por Ernesto Falcke, retratan sus conversaciones en un bar del pueblo. Cuando Duff, intenta romper el cerco de la incomunicación, Beth retoma su relato, volviendo imposible el intercambio del diálogo.

El vestuario contextualiza la época y el lugar, cumpliendo un papel fundamental a la hora de recrear los atuendos de una pareja de campo. La iluminación otorga un pasaje hacia los cambios de escena y acompaña los momentos difíciles de la narración dramática.

En cuanto a las actuaciones, Laura Cristal y Ernesto Falcke, desde una dinámica estática, conmueven, llevando al espectador hacia los paisajes que proponen los personajes, donde le dinamismo está en el texto y en la sutileza de las interpretaciones.

Esta obra, escrita por Harold Pinter, heredero del “teatro del absurdo” de Beckett e Ionesco, y uno de los principales dramaturgos británicos, fue concebida en forma de monólogo donde se mezclan ambas historias, tejiendo un diálogo del desencuentro y de incomunicación.

Esta obra, dirigida por Diego Ferrando, es muy recomendable para todos los espectadores que disfrutan de un texto brillante y una representación fiel a la obra de Pinter, el poeta de la sonoridad.

Ficha:

Elenco: Laura Cristal y Ernesto Falcke

Dirección: Diego Ferrando