Pacífico

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Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    Prensópilis

 

La empatía en un mundo insensible

Pocas imágenes pueden decir “inhóspito” tan rápidamente como un paso fronterizo vehicular. Perdido en aquel no lugar que es la unión de dos países, la escena simula perfectamente dicha cirnunstancia con la escenificación de una minúscula garita de madera, un par de tranqueras y una titilante luz entre tanta oscuridad que es este espacio tan poco receptivo. El único rastro de humanidad es la protagonista, Daniela Salerno, que hace las veces de oficial de migraciones. Su nerviosismo vaticina un relato extraño y curioso, una elección fascinante de la actriz y su cómplice creativa y directora Laura Fernández de título Pacífico.

El acierto temático comparece en el contraste entre la oficial y su entorno. La agente mantiene durante toda la obra un diálogo telefónico con alguien muy cercano a ella, cuya figura va esclareciéndose con el correr de la historia. Breves interrupciones de sus compañeros y superiores también vía telecomunicación, abonando a las oposiciones; el tono personal y sensible golpea con la de su oficio, con figuras de orden jerárquico-militar y sin espacio para las emociones. Algo tan sencillo como el acontecimiento atípico dentro del espacio atípico son excusa para esta excelente reflexión dramática.

Todo el espectáculo se sostiene por talento de Salerno. A lo largo de poco más de una hora y a través de la anécdota de una excepción en la diaria laboral de la protagonista, la intriga se instala en el público, que no puede evitar mirar fascinado a una persona que bordea el ataque de nervios, que exhibe una humanidad transparente y palpable.

Un trabajo solitario y pensado desde la disciplina y el control no da lugar a la empatía. La protagonista lo sabe y a la vez se desborda, se encuentra en una de aquellas situaciones límite, de desborde de significado, donde lo inerme puede llevar a la locura. Como acto de rebeldía, Salerno y Fernández construyen a esta mujer que logra contar dicha intimidad, que de la nada relatan todo, sensibilizando cada rincón de un mundo poco humano.

El unipersonal, género desafiante si los hay, es siempre una pregunta por lo íntimo. Sus protagonistas profundizan lo más interno de lo cotidiano y no tanto, mostrando una caterva de emociones que, bien ejecutado, resultan en una potente puesta teatral. Pacífico, ni lento ni perezoso, es un claro ejemplo de esto, una obra de época que logra como pocas dotar de sentimientos hasta la aparentemente más inclemente realidad.

 

Ficha:

Género: Unipersonal

Actriz: Daniela Salerno

Directora: Laura Fernández

Categorías: Reseñas

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