Vegetales para expiar el alma.

Ofelia vegetariana de Carlota Berzal (Cía. La Turba, España) es una pieza unipersonal que mezcla la danza con la música y el teatro, llevada a cabo dentro del Festival de la Universidad Nacional de las Artes: Fauna.

Ofelia el célebre personaje shakesperiano del clásico Hamlet es la única protagonista de esta historia que se desarrolla en su transcurso por el limbo. Después de arrojarse al río y ahogarse Ofelia oscila entre la vida y la muerte. Ella se encuentra atrapada, perdida en un eterno circulo donde los ritos y las repeticiones la llevan a pasar por todos los estados: el amor, la pasión, la rabia, hasta la ira. En esta travesía buscará en vano a su amado, por momentos igualmente odiado, Hamlet y las voces de su padre Polonio y su hermano Laertes retumbarán en ráfagas de conciencia y recuerdos. También desvelará la razón de su vegetarianismo entre baile, cantos y rezos ya que la acción constante viene a ser para ella la única afirmación de su existencia que ya no es.

La protagonista se encuentra en escena durante toda la obra y su lenguaje corporal hace que sea casi imposible quitarle la vista de encima. La música incidental, guitarras españolas con estilo flamenco y también música electrónica contemporánea, resulta efectiva y dinámica al igual que el juego de luces que aporta color y fuerza a las escenas. Pero en última instancia todo se resume al trabajo con el cuerpo, destacándose la interesante interpretación de Carlota Berzal en una pieza tan compleja y diferente. El ritmo de la obra es vertiginoso y extremo como lo es el viaje de Ofelia por el otro mundo, un no mundo, del cual no puede escapar y donde la negación de la muerte es lo único a lo que puede aferrarse. Y hacia el final todo este recorrido no es más que un tortuoso camino hacia la aceptación de su propia muerte y su subida al cielo para definitivamente poder descansar del agotador viaje.