De sueños truncados

Esta obra realista-naturalista, nos cuenta cómo es la relación entre Nicolás (Antonio Birabent) y Silvia (Victoria Raposo), quienes conforman una familia junto a su hija; quien jamás aparece en escena, pero es traída una y otra vez por los protagonistas.

Nicolás es DJ y trabaja desde su casa, aunque más adelante descubrimos que es actor, uno frustrado, y está por tener la obra que siempre soñó protagonizar. Mientras tanto, Silvia trabaja en una oficina, con un jefe que no la deja en paz ni los fines de semana. Pero a medida que la obra transcurre, vamos descubriendo que ella fue bailarina, y su sueño fue bailar en los grandes escenarios, hasta que quedó embarazada y abandonó la profesión.

La obra va transitando la vida de ambos personajes, cómo se conocieron, cómo es su familia y su relación con ellos. Qué cosas los marcaron hasta hoy, como la relación con sus padres. Más importante aún, la relación con su hija, mientras Nicolás es un papá más liberal, Silva es más estricta.

Lo que desencadena la catarata de dudas que hacen temblar el suelo en el que se afirma esta relación son dos llamadas telefónicas: a Nicolás le brindan la posibilidad de actuar en Hamlet, mientras que a Silvia su jefe la termina despidiendo, sin mucho fundamento. Estas simples llamadas logran despertar sus inseguridades individuales, y estas mismas hacen que terminen dudando de la propia pareja. Al punto de dormir separados y replantearse la pareja.

Todo esto los lleva a una idea de fracaso respecto a la pareja, de no tener su vida resuelta, donde sus sueños no se están cumpliendo (ni van a hacerlo), así la distancia emocional, el desentendimiento y el egoísmo hacen mella en la relación.

La puesta en escena es sencilla, pero simplifica de buena forma un departamento (o parte de este) de una pareja joven: un sillón, una mesa ratona con libros, notebook, notas, etc). Además de algunos accesorios que están en escena desde el comiendo (como un modem) u otros que van apareciendo para ayudar al actuar normal de los personajes (y los actores).

La versatilidad de ambos actores para ir y volver y lograr conectar al espectador sin hacerlo sentir artificial, hace que la obra no solo transcurra de manera brillante, haciéndonos sentir que ha pasado más tiempo del que en realidad pasó (en una forma muy positiva). Vale destacar la química entre ambos actores, que llevan de forma prolija los personajes y el transcurrir de la obra, logrando grandes momentos. La misma tiene fuertes subidas y bajadas, donde se pasa de situaciones cómicas a tensas y luego volviendo a lo cómico, destacando los momentos tensos y dramáticos, como cuando ambos personajes tienen una especie de monologo, donde se “desnudan” y son honestos consigo mismos… confesándose con los espectadores acerca de cómo se sienten.

Ficha:

Actúan: Victoria Raposo y Antonio Biraben

Dramaturgia y dirección: Carolina Barbosa