Detrás de cámaras

“Network” es sin dudas un espectáculo de gran impacto visual y un despliegue de producción pocas veces visto en el teatro porteño. El público se encuentra con un plató televisivo en el escenario, allí se transmite en vivo el noticiero central de un canal venido a menos, en el que el sorprendente mensaje que da su conductor, cambia todo de un momento a otro.

La puesta complementa el escenario con cámaras en vivo, que se proyectan en grandes pantallas que están en la parte superior, donde más allá de ver el noticiero, se pueden apreciar en detalle múltiples escenas del espectáculo, pudiendo tener varios puntos de vista y profundizar en cada personaje; también allí, se pueden ver algunas escenas grabadas, incluyendo las tandas comerciales.

El vértigo del vivo, queda chico al ver todo lo que pasa por detrás, las luchas de poder que se dan en el medio y como cada uno quiere ser el dueño del Rey, en esta partida de ajedrez.   

Veinte actores son suficientes para mostrar como era hacer una “no ficción” a fines de los 70´ en Estados Unidos. Todos van y vienen, órdenes y contra órdenes, el control, el piso, maquillaje, productores, directores y hasta los dueños del conglomerado multimedia dan vueltas, gritan y corren cuando las cosas se salen de control.

¿De qué se trata?. Un grupo empresarial tambalea, el canal da muchas pérdidas y el área de noticias, a cargo de Max Schumacher (Eduardo Blanco) está en la mira; a esto se le suma que Howard Bale (Coco Sily) conductor del noticiero central, colapsa en vivo.

Los dueños del canal (viejos, nuevos y potenciales… todos mezclados) se enredan en una lucha descarnada por el poder y el rating. Frank Hackett (César Bordón) si bien no es el Director, toma sus funciones por asalto porque tiene más “banca” y junto a la encargada de contenidos, Diana Christensen (Florencia Peña), poco a poco irán intentando destronar a quienes hace décadas trabajan en el lugar.

Si bien hay un mensaje de demonización hacia el medio que puede sonar un poco antiguo, hay que comprender en que momento se dan los hechos y actualmente esto se puede extrapolar a la cantidad cada vez mayor de medios y redes sociales, en los que se muestra, solo aquello que el emisor quiere que se vea.

En este caso, se intenta soltar un grito ahogado, para que la gente deje de creer todo lo que dice la tele, para que mire hacia otro lado, porque la realidad no pasa por ahí. Cada personaje tiene un rol muy marcado y dan cuenta de todo aquello que ante la romantización de los medios de comunicación, está mal, pero en definitiva muestra ni más ni menos como funciona una empresa, porque a veces se olvida eso, que un medio, no es ni más ni menos que una empresa en la que sus dueños, quieren ganar poder y dinero.

Muy buenas interpretaciones, entre las que se destaca Eduardo Blanco, quien encarna al personaje menos interesado en el rating y las ganancias y más ocupado por las personas, un hombre que está atravesando una crisis y hace lo posible por seguir adelante. También Pablo Rago, que con sus intervenciones, se lleva el aplauso del público, gracias a la fuerza y cierto desparpajo que le brinda a su personaje.

Sin dejar de mencionar a Leo Bosio (de quién celebramos la vuelta a los escenarios), un personaje sobre el que recae el movimiento que hay en ese conglomerado, pasando de productor a director, quedando en posición

es no muy cómodas.

Todo esto bajo la dirección de Corina Fiorillo, quien se enfrentó al desafío de desdoblarse, teniendo que ocuparse del vivo, las cámaras y las escenas grabadas, con excelentes resultados.

Cabe destacar que ella está rodeada por un equipo de primera línea, donde solo indicar que Ariel del Mastro se ocupa del diseño de iluminación, Gastón Briski del de sonido y Jorge Ferrari de la escenografía, solo para nombrar a algunos, es prueba suficiente para solventar el comentario.

Un espectáculo que habla de poder, verdades, mentiras, falsos gurúes y pone en jaque las bases de la TV en una época donde era poco común hablar de estos temas. Muy buenas interpretaciones, una dirección impecable y con una producción que se lleva todos los laureles.

Hoy es sabido que la realidad no está en las pantallas, que la vida pasa por otro lado, que allí solo se ve lo que algunos quieren mostrar, de la forma que les interesa que se vea y sin embargo, la adicción es cada vez mayor. Aquello que cincuenta años atrás se le atribuía a la llamada “caja boba”, hoy está en todos lados. Actualmente ese secreto a voces ya no existe, sin embargo, se elige creer que para estar informados y comunicados, hay que tener siempre un dispositivo a mano… ¿eso es evolución?.

Ficha:

Con: Florencia Peña, Coco Sily, Eduardo Blanco, Cesar Bordón, Pablo Rago, Ana Padilla, Angeles Clavijjo, Carlos Ledrag, Charlie Nieto, Gaby Ferrero, Juan Martín calé, Julián Marcove, Leo Bosio, Nacho De Santis, Pablo Palavecini, Pablo Covello, Roco Saenz, Santiago Lozano, Tomás Claudio

Dirección: Corina Fiorillo

Género: Drama