La locura del noble oficio

La costurera (María Merlino) nos recibe entre la manufactura de sus vestidos. Advierte nuestra presencia aun sin precisar nuestra naturaleza. Con soltura, comienza a relatar la interrupción de su vida ordinaria. En su quehacer diario, la presencia de Libertad Lamarque y Eva Perón en su taller, históricas rivales frente a un conflicto que quizás nunca existió del todo, son el motivo de su ascenso a la locura. Así, el unipersonal Nada del amor me produce envida da comienzo.

El ámbito de trabajo de nuestra protagonista es la escena del relato. Una icónica máquina de coser levemente iluminada y un vestido rojo, eje de la disputa entre las figuras históricas, son los únicos elementos necesarios para la trama. Entre tanguitos, mitad rearreglados y mitad original de la mano de Sandra Baylac, asistimos al mundo confesional de una costurera, de una figura central de la historia del trabajo femenino argentino. Paradójicamente, se trata de narrar las peripecias de un personaje secundario, de una persona que ve las ceremonias desde un lugar tan protagónico y a la vez tan invisibilizador de nuestro personaje como lo es la confección de un vestido. En menos de una hora y con la elegante impronta que le imprimen Merlino y Lerman a la trabajadora, la veremos convertirse de una ignota pacata que vive de sus manos a una soñadora delirante, oportunidad que injustamente parecía negarle su oficio.

Párrafo aparte merecen la iluminación (Fernanda Balcells), la música (la mencionada Baylac) y el vestuario (Valentina Bari). Son estos tres elementos combinados los que permiten que la obra transcurra en diferentes niveles, trascendiendo el humilde taller. Tanto la vestimenta como los planos lumínicos y los breves interregnos musicales evocan la presencia rutilante de Evita y de Libertad, dan cuenta de sus aparentes tensiones y alcanzan la ebullición en la actuación que despliega María Merlino con asombroso tino.

Nada del amor me produce envidia, con maravilloso texto Santiago Loza, son un viaje en el tiempo a una convulsionada época argentina desde una novedosa, fresca y a la vez poco ponderada perspectiva como lo es la figura de la costurera. Al tratar de una mujer, trabajadora y en el oficio de la costura, la obra logra una fascinante narrativa teatral, un espectáculo para todas las audiencias.

Ficha:

Actriz: María Merlino

Director: Diego Lerman