Ya no hay dolor

En la obra un portero acude a un hombre que necesita ayuda, se lo lleva a su casa con la intención de aclararle el panorama, y en nombre de dios, salvarlo de la angustia que lo acecha.

Un texto en donde la creencia se enfrenta a la ciencia, filosofía y a la vida del no creyente. Muy complicado porque los temas que se desarrollan hoy en día son difíciles de manejar, de charlar, no son bienvenidas.

Nuria Gomez Belart pone en la mesa todos estos temas, ofreciéndolos en forma de obra de teatro. Una dramaturgia y dirección que son admirables, ya que algo que esta tan prohibido, siendo motivos de peleas, se convierte en algo bello de ver, invitándonos a entender todo lo que nos pasa, convirtiendo todo eso que nos aqueja en algo que hasta nos hace disfrutar, en otras palabras, nos hace mejores personas.

Jorge Guerrero y Alejandro Vera son el portero y el profesor, protagonistas de esta historia. El trabajo que realizan estos dos actores es espectacular, en donde el texto es explotado de diversas maneras con las acciones, aumentando la tensión, que por momentos causa gracia de los nervios. Están muy metidos y compenetrados en escena, transmitiéndose todo eso en el público. Tanto es así que el tiempo de la obra pareciera quedar corto, porque los 75 minutos que dura pasan volando.

La obra transcurre en la casa del portero. Un lugar poco iluminado, humilde, sencillo. Los espectadores son invitados a presenciar una conversación entre dos desconocidos que van a buscar resolver sus problemas. La charla se vuelve tan profunda, en un clima pacifico, tanto es así que pareciera como si no hubiéramos salido nunca de casa.

Entre tantas cosas que se consumen hoy en día, consumir teatro es tal vez la más sana. Y una obra como Miserere es uno de los ejemplos. Para sintetizar, un grupo de artistas gestionando cultura, haciendo un bien a todos.

Ficha:

Dramaturgia y dirección de Nuria Gómez Belart / Intérpretes: Jorge Guerrero, Alejandro Vera