Miserables, entre el valor y el precio

Cuatro singulares personajes rondan la escena. Son los habitantes de Villa Malandra, la que ahora es el hogar de estos cuatro hombres y el espacio devenido en sitio de interés turístico donde este heterogéneo grupo organizatours para visitantes extranjeros que quieren ver a “un pobre en su hábitat natural”. Ellos son: Eusebio, su líder, un tejedor de ponchos que utiliza un particular telar, el cual es además instrumento musical, Gervasio un jardinero experto en tés y otras hiervas, Juan un amante de los libros que se encarga de distribuirlos entre los visitantes en su exclusiva «bibliocleta», y Diógenes un grafitero callejero que tiene una especial debilidad por los refranes.
Entre los cuatro llevan adelante un negocio de turismo receptivo a la villa miseria en la que moran. Y en la espera por el arribo de los turistas se suceden escenas absurdas, relatos de historias dolorosas y profunda reflexión sobre su propia situación, que los interpela tanto a ellos como habitantes de esa ficción como a quienes estamos sentados en las butacas.
La dualidad de los que reclaman ayuda y al mismo tiempo juzgan y critican aquello que pretenden que se convierta en su salvación, tensa la existencia de estos seres hasta llevarla a límites insospechados. Unos a otros se censuran, agreden y señalan pero finalmente todos quedan sumidos en la profunda soledad de quien se siente miserable, no por no tener recursos para satisfacer su necesidades materiales, sino porque su honor y su dignidad de personas finalmente adquiere un precio al igual que cualquier mercancía. La miserabilidad consiste por una lado en saberse irremediablemente presos del sistema, que empuja al perverso juego de ventilar las heridas en carne viva a cambio de un puñado de billetes; y por otro, en la contradicción de que aún siendo conscientes de que su medio de vida es miserable, lo sostienen y justifican como un mal necesario.¿Una existencia resignada? Tal vez, pero también una clara decisión de mirar hacia otro lado.
Lo cierto es que a la potencia dramatúrgica de Eduardo Rovner se suma la gran labor de dirección de Gaby Fiorito, quien logra de la mano del destacable elenco, re-actualizar este texto ampliando su poesía en escena y abriendo puertas para quienes se atrevan a mirarse en este espejo.

Ficha:

Elenco: Mauricio Chazarreta, José Formento, Iván Steinhardt, Gabriel Wolf, Emilio Zineroni, Chen Xiū Yán (Christian Chen Serna)

Autor: Eduardo Rovner

Asistencia: Emilio Zineroni

Dirección y Puesta en Escena: Gaby Fiorito