¿Qué ves cuando me ves?

Desde que ingresamos a la sala las imágenes nos llaman mucho la atención. Los 10 actores se encuentran en el piso con las manos metidas en unos recipientes con agua, que están iluminados con luces de colores. En el foro del escenario hay una pantalla en la cual se ve proyectado un fondo líquido, con gotas que caen y causan ondas expansivas, como si se reflejara el juego que están haciendo los actores con las formas que el movimiento genera ese medio acuoso. De la misma manera, las imágenes que se componen en cada una de las escenas de MIRÁ repercuten en los espectadores generando un sinfín de sensaciones diversas, construyendo y reconstruyendo distintos universos, distintas miradas, distintas percepciones.
MIRÁ no es una obra de teatro convencional que cuenta una historia con introducción, nudo y desenlace, sino que más bien es una sucesión de escenas, de cuadros que se van encadenando con un eje temático común: las miradas, los puntos de vista, lo aparente y lo oculto.
En este “viaje escénico” se utilizan diferentes recursos: música, secuencias de movimiento de expresión corporal, magia, objetos, muñecos, máscaras, efectos visuales especiales, pero sobre todo adquiere gran preponderancia la utilización de la cámara en vivo que va mostrando detalles que la mirada del espectador no llega a captar, así como también reafirma la idea de que las cosas parecen ser distintas, según la visión que tengamos de ellas, según dónde pongamos nuestro foco de atención.
Es destacable el desenvolvimiento de todos los aspectos técnicos de la puesta en escena, que se fusionan impecablemente creando un clima mágico, onírico, poético. Para lo cual cuenta con el trabajo de muchos artistas que hicieron posible semejante tarea, que es lograda a la perfección.
Sin dudas, nada de esto hubiese sido posible sin la magnífica dirección de Marcelo Katz, quien con su gran recorrido como artista, plasma su visión sobre lo espectacular, lo que se muestra en escena, lo que se ve, en definitiva, su visión sobre el teatro, que como la etimología de la palabra lo indica, es un lugar para mirar. Entonces: Mirá.