Me duele una mujer

Me duele una mujer

Ficha

  • Datos de funciones:

    En cartelera

  • Prensa:

    Raque Flotta

 

Rupturas que marcan

Luces bajas, tres sillas ocupadas, un enorme cuadro de Freud, una psicóloga muy enfática y directa (Mercedes Funes) que incentiva a Miguel (Nicolás Cabré), su paciente, a que hable de él, mientras Martín (Carlos Portaluppi), sentado en el medio no para de hablar y arega a su amigo para que haga lo que la Licenciada le solicita.

Todo empezó cuando semanas atrás Paula dejó a Martín, cosa que él no esperaba ni quería y ahora lo tortura, siente que le duele el pecho y no puede superar la separación, todo en su vida gira en torno a ella.

El protagonista ama la filosofía (y es profesor) y rehúye de la realidad amparándose en esto, de hecho sostiene que es perseguido por fantasmas de Paula, pero en la definición filosófica de estos, es decir, “Algo irracional e incognoscible, denominado como lo Real y que se diferencia de la realidad en tanto que el mundo de los significados socio simbólicos” o dicho de manera más simple, le parece verla a ella en todos los lados, cada mujer que ve, para él, es Paula.

El consultorio va y viene, mientras tanto aparecen desnudos, subtes, esquinas… se van recreando lugares con sistémicos cambios escenográficos, que con los elementos justos cuentan y ponen en situación. En cada lugar los amigos hablan e Paula y en cada rincón Miguel la ve, el tiempo pasa y nada parece cambiar.

Esta comedia que cuenta una historia tan simple como cotidiana, en la que a una persona le cuesta mucho soltar una historia de amor, tiene la ventaja de estar escrita y dirigida por la misma persona, Manuel González Gil, quién logra que cada actor tenga características muy marcadas y todo fluya.

La puesta hace mover a los intérpretes por todo el escenario, armando diferentes recorridos en relación al lugar en que están, haciendo un uso sumamente atinado del espacio que se va presentando en cada pasaje.

Los tres estan muy bien. Portaluppi se pone en la piel de un hombre muy expresivo, efusivo y misterioso, ya que es claro que solo lo ve su amigo, pero no queda claro si es su imaginación, un alter ego o al ser el hilo conductor la terapia, representa el “hola” de Miguel.

Por su parte Nicolás compone a un joven consternado y angustiado, que también se enoja con la vida y con él mismo, pero a su vez está matizado con humor, teniendo momentos en los que deja entrever su veta cómica, esa medio inocente que tan bien le queda y levanta las risas de la platea.

Para finalizar Mercedes. Realmente admirable todo su trabajo, además de personificar a la psicóloga, es Paula y también todos los “fantasmas” de esta última, logrando diferenciar a cada personaje, dotándolos de características diferenciales en muy poco tiempo.

Completan el elenco Facundo Calvo y Sol Loureiro, quienes van siendo diferentes personajes que ayudan a contar la historia.

Lo que respeta el vestuario, los hombres están vestidos de oscuro, Martín con saco que podría

ser de maestro de ceremonia y Miguel está con un look urbano; por su parte Meme va cambiando (con una velocidad admirable) y cada vez que aparece, con solo verla, ya se puede dilucidar como es esa persona o que representa, en general son apariciones breves y es importante poder entender al personaje con un solo golpe de vista

Una comedia que tiene de trasfondo el drama por el que atraviesa el personaje de Cabré, en la que todo está muy aceitado, se solventa con muy buenos trabajos y logra entretener. La obra registra seis meses de historia ¿Logrará Miguel superar ese dolor?

Ficha:

Dirección: Manuel González Gil

Con: Nicolás Cabré, Mercedes Funes, Carlos Portaluppi, Facundo Calvo y Sol Loureiro

Género: Comedia

Categorías: Reseñas

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