Cuna de dudas

La puesta en escena da inicio con el llanto en off de un bebé nacido en tierra fértil, Moconá, humilde pueblo rutero situado en la provincia de Misiones, donde habitan y trabajan Trudis (Valeria Baranchuk) y Eliseo (Carlos Kaspar), una pareja descendientes de polacos. Allí llevan adelante un comercio que no es para cualquiera, un almacén donde no solo venden alimentos y productos de limpieza, también comercian con bebés que ellos mismos traen al mundo. Con un argumento sutil y sin golpes bajos se desarrolla una temática punzante, el tráfico de bebés que, progresivamente decanta en las miserias de esta pareja y abre la mirada del público hacia una oculta realidad en la periferia de la provincia.

La escenografía de Pablo Calmet contiene a la historia dándole un sello realista mediante un espacio colmado de mercancías, acumulación que invita a la mirada del espectador a buscar entre los artículos indicios del conflicto. La disposición de envases y cajas sobre el mostrador funciona como un muro de contención en doble sentido, por un lado, desde dónde esta pareja se homologa como honestos y humildes comerciantes, por otro lado, ese mostrador enmascara el verdadero negocio ilícito que se oculta sobre la trata de personas.

Así, en esta misma línea estética, el sonido ambiente además de crear una atmósfera incómoda colaborando en el verosímil del drama, también actualiza el espacio no representando detrás de escena, desde dónde llegan el sollozo de un bebé y los extraños quejidos de un supuesto perro. Esos lamentos poseen el valor de poner en alerta a Trudis y Eliseo, y de interpelar al público frente a situaciones deshumanizantes que surcan las escenas.

No se percibe intención demonizante en el diseño de estos personajes, más bien se muestran como sujetos históricos atravesados por procesos sociales e identitarios que los posicionan en un lugar sin salida aparente. De manera que sobreviven soportando la pesadez del calor, en tierra invadida por mosquitos, aguardando la llegada de posibles compradores como única oportunidad de mejorar sus circunstancias. Se definen desde su posición de comerciantes incluidos en la civilización y diferenciándose de los indios que están del otro lado, pero no son conscientes que están atrapados en un negocio ilegal. Además, en relación a la composición de la pareja cada cual cumple su rol según los valores depositados a los géneros, pues Eliseo hace el trabajo pesado, corta la carne, carga mercadería y manifiesta una dureza que se complementa con la siniestra dulzura que asoma en Trudis, quien teje, canta y se hace cargo de la crianza de los bebés. Sin embargo, sus oposiciones se acrecientan con la llegada de un extraño.

Del exterior llega un joven, Nico (Agustín Daulte) que, a pesar de no tener una apariencia peligrosa, logra invadir el almacén provocando tensión con su sola presencia. Este personaje es la estampa de alguien con la identidad desdibujada pues corporalmente está desbordado, además sus vacilaciones dadas por su tartamudez y posición desgarbada, revelan que llegó para algo más que comprar una simple agua.

En él resuena el mundo sonoro de ese negocio que se manifiesta en interrogantes sobre la vida de la pareja de comerciantes. La interpretación de este actor conmueve en los momentos que logra administrar la energía de su personaje Nico, es decir, cuando concentra las vacilaciones en sus ojos, y desde una mirada sensible logra pedir a gritos, un puñado de afecto en una tierra sin raíces de abrazos.

Recapitulando, se observa que la identidad como otro eje transversal del argumento, es de considerarse un proceso complejo cargado de contradicciones que, aun así, imprime huellas en las subjetividades, por tanto, desde  una flor bordada hasta una melodía de cuna puede resonar en una identidad con dudas.  En relación al tráfico de bebés, la obra no pretende dar respuestas, al contrario, interroga implícitamente por la magnitud de esos mercados ilegales y sus compradores. Estas problemáticas sociales encuentran gratamente un lugar de reflexión en el devenir de este espectáculo.

 

Ficha

Actores: Valeria Baranchuk, Agustín Daulte, Carlos Kaspar

Dirección general: Carla Scatarelli

Género: drama