Uppercut a la violencia de género

Escenario: casa, calle, ring. Comparece la anfitriona, gancho derecho, gancho izquierdo, noqueando una punching bag. Ella es Carolina Guevara, aquí Clara, una mujer como cualquiera. Ciudadana, madre, ex esposa, amiga, ex empleada. Su unipersonal, Los golpes de Clara nos introduce con humor sagaz e inteligente a esa cotidianeidad violenta a las que tristemente hemos acostumbrado a las mujeres.

La dirección y dramaturgia de Leandro Rosati nos pone frente a esta escena que parece cuadrilátero, una alfombra ocupa todo el espacio por donde deambula nuestra esquina. En esta esquina, el famoso banquillo de boxeador, pero para una boxeadora: primera desautomatización.  Al frente, una mesa de cocina, también campo de batalla Clara. Ella pronto nos explica, sembrando las carcajadas, que vive un día a día hostil. Menciona varios elementos con los fácilmente nos identificamos: despido por restructuración estatal, acoso callejero, un padre ausente para sus hijos intensos, por mencionar algunos. ¿El resultado? La muchacha debió tomar el boxeo como práctica catártica.

Nos encontramos así a una donna qualunque. Empero, no es su caterva de actividades lo que la hace asequible a su platea. Mucho más allá de eso, su particular visión de cómo vive y su fortaleza son el atractivo indisputable del personaje. Está claro que el acierto no es meramente dramatúrgico. La actriz Carolina Guevara despliega infinidad de recursos para construir a Clara. La combinación de su corporalidad, las voces, tonos y gestos estalla en millones de personajes que acompañan o antagonizan con nuestra aguerrida protagonista. Más aún, el espectador logra ver cada colectivo que Guevara describe, cada calle que transita, cada entredicho con las docentes de su hijo, todo ello con prácticamente inexistentes cambios de puesta. La potencia del relato dibuja situaciones palpables, duras y a la vez risibles, sirviendo un contundente teatro en manos de una sola persona.

Lejos de ser un rebuscado manifiesto por la igualdad, Los golpes de Clara es un golpe inteligente al machismo, una comedia interpretada con minucia y talento cuya mirada ácida reivindica a la mujer fuerte. Aquella figura logra dejar en claro que el feminismo no es una cuestión sectaria de un par de locas, sino una acción contra una violencia sistemática en forma de platos sucios, de comentarios fuera de lugar que pueblan las rutinas femeninas, por mencionar algunas. Qué mejor manera de entenderlo que con humor teatral bien servido.

 

1. del A.: Golpe lanzado de abajo hacia arriba y en dirección al mentón del adversario, usualmente en pelea a corta distancia.

Ficha:

Texto y actuación: Carolina Guevara
Dramaturgia y dirección: Leandro Rosati