Siempre fueron peronistas …

Juana y Rodolfo son el matrimonio fundante de esta familia de clase media, junto a sus hijas Cecilia e Inés, habitan una casa en Villa Urquiza. La política, como a todos, los atraviesa. Su vida se ve afectada por los vaivenes políticos y ellos se hacen cargo de eso. Cada uno, ve y vive la política desde su lugar. Rodolfo es un peronista más ortodoxo, más reflexivo. Cecilia con su irreverente juventud es de la línea combativa, intensa. Inés, desde su muy tierna adolescencia, los observa e intenta andar su propio camino dentro de la militancia  y desde un lugar muy diferente y conteniendolos a todos ellos, está Juana, la madre, uniendo, aplacando los ánimos, recordando, luchando y sobre el final de su vida militando más que ninguno.

La dramaturgia de Rodrigo Cárdenas es autorreferencial. Proveniente de una familia peronista y con un hermano desaparecido a los 23 años, Alvaro Cardenas, a manos de la dictadura militar. La propuesta hace hincapie en el sentir y la mirada femenina, un cálido reconocimiento a las Madres de Plaza de Mayo, que por estos días, cumplen cuarenta años  de militancia ininterrumpida. El texto no sigue una línea de tiempo, va y viene en el relato a través de los recuerdos de esta familia y eso le otorga un oxígeno importante.

Los personajes están tan bellamente delineados y tan maravillosamente interpretados por estos cuatro magníficos actores que conmueve. Actuaciones rotundas, sin medias tintas, estos cuatro grandes dejan todo en la escena.

La temática, a prima facie, podría dejar afuera a un segmento de la población que no comulgue con la ideología peronista, pero sería un error dejar de verla por este motivo porque es un grandioso repaso por la historia de la Argentina.

Eva, Isabel, la revolución libertadora, el asesinato de Aramburu, la liberación de Perón, las patas en la fuente, la dictadura, madres … todo, no queda nada sin repasar.

Para ver analíticamente o para ver con el corazón, nadie va a salir defraudado. Final apoteótico ¡Imperdible!

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