Disquisiciones a la hora de la muerte

En el año 1972, Marco Denevi publica la novela “Los asesinos de los días de fiesta” en la cual narra las peripecias de seis hermanos -muy particulares- que se dedican a recorrer velorios con el fin de aprovecharse de la situación y sacar alguna ventaja. Despojados de todo sentimiento de compasión o empatía irrumpen en la necrológica escena del difunto sin otra intención que la de hacerse de los bienes ajenos.

En la adaptación teatral del dramaturgo Hernán Costa y el director Marcelo Velázquez, estos personajes se apropian del escenario haciendo participe al público de sus pillerías. La difícil tarea de volcar una novela al género dramático se ve maravillosamente lograda en esta versión, donde la propuesta es sumamente dinámica e interesante.

Desde la dirección, proponiendo un espacio despojado donde los personajes sostienen el relato y la acción sin necesidad del apoyo escenográfico, se logra un trabajo preciso, coreográfico y perfectamente coordinado de los intérpretes.

El humor negro se manifiesta a través de la falta de sensibilidad frente a la muerte, y las inescrupulosas estrategias de los personajes para lograr sus fines. En un mundo donde la ambición, el individualismo, y la carencia de valores parecieran ser las condiciones necesarias para la supervivencia, el amor resulta ser una maldición o  un castigo que no redime sino que condena a quién lo vivencia. Esa, quizás, sea la razón por la cual una obra como esta -lamentablemente – aún permanece vigente.

Cabe mencionar las excelentes actuaciones, con un nivel muy parejo; las caracterizaciones claramente definidas y el enorme compromiso con la propuesta hace que todo funcione a la perfección.

El vestuario es otro acierto que le da consistencia y atractivo a la obra: la vivacidad de los colores y el diseño escapan a una estética realista jugando con las formas y el delineamiento de los personajes.

El diseño de luces acompaña el desarrollo del hilo argumental favoreciendo la recreación de los diversos espacios, climas e imágenes de gran potencia.

Sin dudas, la obra es una muy buena adaptación de la novela del mítico autor de “Rosaura a las diez”; está conformada por con un elenco más que solvente, y está muy bien dirigida.

 

Ficha:

Intérpretes: María Victoria Felipini (Iluminada), Nico Carbone (Anacarsis), Alberto Carmona (Honorato), Gabi Giusti (Meneranda), Carolina Manetti Cusa (Lucrezia), Gustavo Reverdito (Patricio de la Escosura), César Riveros (Dr. Valerio Cáceres)

Dirección: Marcelo Velázquez

Género: Comedia negra