Cuando el silencio estalla

Es un día especial en la casa de la familia Colombo. Es el primer cumpleaños de Amanda después de su partida física. A pedido de su hija Samanta –que presenta un leve retraso madurativo-, su padre, su hermano y sus dos tías (la paterna –más sobreprotectora-, y la materna –más compinche-), harán una pequeña fiesta de celebración familiar. Los preparativos previos dan inicio a una serie de conflictos y recriminaciones entrecruzadas –muchas de ellas relacionadas con el dinero-, que por momentos quebrarán el espíritu festivo. Evidentemente esos seres esconden muchos secretos, muchos silencios que estallan para hacerse gritos. Reproches anidados en el pasado que pelean por salir a la luz. Pero gracias a la acción conciliadora de Samy, el equilibrio y la armonía se restablecerán en pos del objetivo común: tener una jornada de agasajo como su madre lo hubiera merecido. Están a punto de lograrlo, hasta que la aparición del reciente novio de la joven, desencadenará una serie de eventos que podrán en vilo el status quo del hogar.

“Lo no dicho” es una obra escrita por Leopoldo Minotti y Gimena Racconto Giunta donde precisamente se ahonda en aquellos pensamientos y sentimientos que se esconden en el interior de las personas, que se reprimen y se guardan profundamente, evitando que salgan a la superficie para ser escuchados por los demás. Lo que se dice muchas veces no coincide con lo que se piensa ni con lo que se siente, y así se van forjando las relaciones, fundadas en bases ocultas y endebles, donde la verdad queda solapada bajo un velo de represión y censura. Racconto Giunta, quien también es la directora, se encarga de demostrar esos silencios a través de los monólogos de sus personajes; monólogos internos nunca escuchados por los demás. La única que puede oírlos es Samy, quien –quizás producto de su discapacidad- tiene un grado de sensibilidad mayor al resto. Ella es la que puede realmente conectar con cada uno, con sus miedos, con sus problemas, con sus preocupaciones. Ella es la que los contiene y los refugia con todo su amor. Quien aparenta ser el ser más frágil de la familia, paradójicamente tiene la mayor fortaleza interior. Con su cuerpo y su gran corazón los envuelve, cobijándolos frente al dolor. Sus abrazos son gigantes, y su optimismo recurrente es sumamente aliviador frente al caos.

El elenco está compuesto por grandes actrices y actores capaces de mostrar toda su sensibilidad en escena, emocionando y haciendo reír al espectador. Ellos son Juan Trzenko (Hugo, el padre agobiado por la vida, desesperado y abatido), Emiliano Marino (Jerónimo, el hijo desafiante y a su vez sostenedor del hogar), Silvia Villazur (Juana, la tia que se hizo cargo de manera maternal de sus sobrinos y de su propio hermano), Mirtha Oliveri (Alexia, la otra tia, hermana de Amanda que convive ocasionalmente con ellos en busca de su herencia), Luciano Rojas (Martín, el noviecito paraguayo, simpático y muy escondedor también), y Angie Pagani (que compone de manera conmovedora a la dulce Samy, con todo su encanto, ternura y sabiduría a la vez).

La escenografía de María Oswald, diseñada por Fernando Arsenian, es de tono costumbrista y refleja el interior de la vivienda de esta familia de clase trabajadora. La acción sucede en una suerte de pequeño comedor con salida al exterior, todo en colores vivos, con objetos tan comunes y corrientes que acercan y familiarizan la mirada del espectador (pequeña biblioteca con libros y fotos, mesa, sillas, etc). El exterior se adentra a través de una ventana que, gracias el efecto de luces a cargo de Del Bianco estudio, da la sensación de iluminación natural. Las luces también juegan un rol importante durante los monólogos, y junto con la música de Santiago Barceló, potencian la introspección de los personajes y sus relatos, generando mayor tensión.

“Lo no dicho” es una hermosa obra llena de encuentros y desencuentros, llena de emociones, de palabras y de silencios. Lo que les sucede a esos personajes no es ajeno a lo que sucede al común de la gente, en mayor o menor medida. El callar, el ocultar, el esconder suele estar presente en las relaciones, y eso genera distancias generalmente infranqueables. A veces, la verdad irrumpe de manera violenta e intempestiva dañando irreparablemente al otro. Otras, permite un real sinceramiento que reacomode las piezas y permita construir un nuevo presente, que aún siendo imperfecto, sea mucho más genuino que el anterior.

Ficha:

Autor: Leopoldo Minotti y Gimena Racconto Giunta

Actúan: Emiliano Marino, Mirtha Oliveri, Angie Pagani, Luciano Rojas, Juan Trzenko y Silvia Villazur

Dirección: Gimena Racconto Giunta