Frente al mar

Dos mujeres se hospedan en un hotel de Mar del Plata frente a la escollera donde se suicidó Alfonsina Storni.  Milne y Muriel, son poetas que, en su corta estadía y a días de recibir un premio de poesía, dialogan entrelazando el juego poético y académico, indagando sobre el oficio de escribir y el acto de relacionarse con otros cuerpos.

En esa habitación 204, escenografía de libros dispersos, carteles blancos y negros como manuscritos ilegibles, una cama y una silla de playa, intercambian miradas sobre la vida, la muerte y el deseo sexual hasta que llega un hombre a intervenir la escena, a romper la calma de las conversaciones.

A partir de allí, Guille, trabajador del hotel, vestido de camisa marrón y pantalón negro, será objeto de deseo y de disputa entre ambas mujeres que poseen distintas perspectivas sobre el amor, dando lugar a escenas de confrontación y consumación del encuentro.

Cabe destacar que el texto emitido en escena posee una verbalización fluida donde el espectador debe codificar la intertextualidad que posee la obra, tanto en la mención a los poemas de Pizarnik y Alfonsina Storni, como las alusiones sobre el mar y las piedras como obstáculos internos. En este aspecto, el texto poético se busca, se pierde y luego se encuentra entre las protagonistas asegurando encontrar un hilo conductor que provee de sentido a la dramaturgia.

En cuanto al ritmo de la obra, hay dinamismo en los diálogos y las interacciones no verbales, dando espacio a desacelerar el tiempo ante los acontecimientos inesperados que plantea la misma. Una de las protagonistas sostiene: “todo lo errado del mundo es bello” y ese tipo de frases dejan lugar a la reflexión del público, abriendo interrogantes sin cerrarlos.

Las actuaciones personifican las diferencias tantos posturales como de interpretación entre las protagonistas. Por ejemplo: Muriel es sociable y verborragica. En cambio, Milne es callada y posee dificultades para relacionarse. Estos aspectos, serán representados desde la corporalidad y darán cuenta del contraste entre ambas protagonistas.

La iluminación deja al descubierto toda la escena, sin darle foco ni priorizar el haz de luz en una mirada. Esa decisión permite que todas las actuaciones y la perfomatividad de la palabra tenga mayor potencia en el discurso teatral.

Un aspecto sobresaliente de la obra, además de la puesta en escena, es el aporte de la mirada feminista sobre el texto donde la protagonista expresa que las mujeres tienen un ejército de peluqueros, etc, para embellecerlas, mientras los hombres solo se dedican a explorar el mundo y ser como son, sin las imposiciones patriarcales sobre la belleza.

Esta obra poética denominada “Las Oceánicas” cuenta con la dirección de Manuela Méndez y posee una discursividad que profundiza sobre la vida, la muerte y el deseo, haciendo foco en la potencia y la perfomatividad de las palabras.

 

Ficha

Intérpretes: Delfina Colombo, Stephanie Troiano y Fabián Carrasco

Dirección: Manuela Méndez

Género: Drama