Las encadenadas

Las encadenadas

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: VIERNES 21 HS
    Duración: 70 minutos

    ABASTO SOCIAL CLUB
    Yatay 666 – CABA

  • Prensa:

    Prensa: OTRA| Producciones Escénicas

 

A veces la vida da giros inesperados

Tarde de verano en el crematorio del cementerio municipal de Carhué. Una fuerte tormenta se avecina y Graciela y Esther –las encargadas-, hacen lo posible para finalizar sus tareas antes de que el agua las sorprenda. El viejo horno no anda bien, y está excedido de trabajo al igual que ellas, que no dan abasto entre urnas, cenizas, planillas y de las más variadas burocracias necrológicas. Las altas temperaturas de la época estival se funden con las del lugar donde realizan sus faenas, y  donde la muerte -tan cercana y cotidiana- se hace amiga y compañera de la rutina diaria. Entre papeleo y paladas de polvo cadavérico, pasan sus días estas mujeres, que se mezclan y simbiotizan con el medio en el que conviven. Éstas, algo más vivas que los restos depositados en las urnas que las rodean, transcurren la monotonía de sus vidas entre vestigios de un pasado que se presenta constantemente en bolsas de funerarias. Y ellas inmutables. Tal vez porque la muerte las acecha desde hace tiempo; desde que el agua impiadosa del lago Epecuén tapó todo lo que tenían dejándolas huérfanas de la vida, cargándoles una cruz y un estigma que les truncó el destino para siempre. Ellas lo saben, y saben que una persona es responsable de su desdicha; hay un rostro detrás de la tragedia de su pueblo, y ese rostro tiene nombre y apellido. Es el hombre que estaba a cargo de Hidráulica, el mismo que ahora se codea con los ciudadanos acomodados de Guaminí, poblado vecino que acogió a los que huyeron de la inundación. Esther y Graciela lo saben, solo que la primera no olvida. La tarde acelera su paso y la jornada laboral va llegando a su fin. Los recuerdos cargados de pesar y de angustia ya hicieron de las suyas hoy, y cuando todo está por quedar atrás como de costumbre, el inesperado llamado y la posterior llegada de Arismendi –jefe del crematorio-, dará un giro inesperado a sus historias que aleatoriamente jugarán sus cartas una vez más.

Basada en la tragedia de Epecuén, “Las encadenadas” es una muy interesante propuesta teatral, escrita y dirigida por Juan Mako, donde se conjuga el drama con lo documental y lo policial. Excelente puesta llena de ritmo, de energía, cargada de emoción y de tensión extrema. Magníficas las interpretaciones de Mónica Driollet (Graciela) y Cecile Caillon (Esther), acompañadas de Diego Torben (Arismendi). La brillante y atrapante escenografía de Sol Soto, cumple un rol más que destacado en la puesta, posibilitando el juego y el movimiento de los actores y cargando de realismo al espacio, realismo que con su crudeza morbosa también se imprime en el vestuario y las caracterizaciones de Paola Delgado. Las luces de Alejandro Le Roux y los efectos de sonido de El pájaro films, complementan el universo simbólico creando los distintos climas por donde transita la obra.

A partir de las subjetividades de Esther y Graciela, “Las encadenadas” nos enfrenta y a su vez pone al descubierto –a corazón abierto- el dolor más profundo de los inundados, de aquellos que han perdido todo, hasta sus vidas, y de aquellos que sobrevivieron la fatalidad del destino para convertirse en muertos vivos en un presente cargado de pasado. Epecuén emerge de las aguas para contar su verdad, para que no la olviden, para que por fin pueda descansar en paz. Su voz –su grito- es la de muchas otras Epecuenes, que al igual que ésta, fueron víctimas de mentes inescrupulosas que sellaron su destino por la desidia, la inoperancia, la ineptitud e inmoralidad de sus actos. Para ver y para no olvidar.

Ficha:

Actúan Mónica Driollet Cecile Caillón y Claudio Depirro / Diego Torben
Dramaturgia y dirección Juan Mako

Categorías: Reseñas

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