La violación de Lucrecia

La violación de Lucrecia

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: jueves 21hs
    Teatro: El Extranjero
    Valentín Gómez 3378

 

La hora del Lobo

“Toma el Lobo a su presa. La fiel cordera grita, hasta que con su lana, este ahoga sus lamentos”

La violación de Lucrecia, William Shakespeare

Como quien se dispone a celebrar un ritual místico, el ritual casi alquímico de la lectura Mónica Maffía, dramaturga, actriz y traductora de esta obra, entra en escena. Prepara el altar y se sienta al sillón de una habitación bastante despejada y, con una emoción incontenible, saca el libro y se dispone a leer. El libro a enfrentar es nada más y nada menos que La violación de Lucrecia. Un poema magistral de William Shakespeare sobre el abuso de la autoridad, Tarquino hijo del último rey de Roma, a una joven casta, mujer de su mejor amigo.

El libro funciona aquí como portal entre el pasado y el presente, como catalizador –para recurrir a las metáforas míticas, el libro como una moderna cajita de Pandora–  y casi como interlocutor en  este unipersonal. Dice Mónica “Esta obra es un homenaje, no sólo a Shakespeare, sino al libro, a la lectura. El libro como referencia, como testimonio, como ley”. Así, mientras la actriz recita el poema de Shakespeare sufre diversas metamorfosis, en la que juegos de luces marcan una estética infalible. Encarna la pluralidad de voces de la que es contenedora la obra y va transformándose, alternativamente en el violador, en  la víctima, en el amigo y marido traicionado y finalmente en pueblo, en multitud, en reclamo de justicia.

Pequeños objetos, además del libro, conectan como túneles del tiempo el pasado con el presente. El fuego, que calienta el coñac, que funciona como mechero, que entibia las manos, son pequeños juegos y artificios teatrales de los que se vale la actriz para, como en una coreografía, saltar las barreras temporales y lograr una conexión de todos los fuegos en un elemento primigenio y único. Todos los fuegos, el fuego. Todos los abusos, el abuso. Todas las victimas en una sola.

“Me interesa también que Shakespeare en el siglo XVII ponga en la boca del violador “La culpa es tuya”. Hoy, Siglo XXI, no han cambiado el libreto”, dice Mónica Maffía. La traducción y la adaptación del poema toma en cuenta muchas cosas, Mónica acorta y secciona el poema, para enfatizar en los conceptos de justicia, deber, gobierno y ciudadano queden expuestos y vinculen al espectador con los hechos. Como asistente a esta obra no eres un mero observador. Shakespeare te interpela a través de los labios de Mónica.

El ritmo, tanto corporal como en la musicalidad del texto, la adaptación y actualización que logra la traducción realizada por la Maffía y la caracterización impecable de los personajes se acomoda a la técnica Shakespereana de representación y así facilita la recepción de este complejo texto acompañando y guiando al espectador de manera que la historia fluya claramente sin perder el matiz poético y la intensidad de la emoción retratada.

Una obra que propone una reflexión que trae a colación la capacidad que tenía el dramaturgo inglés para decir lo que era indecible, que aporta a la perspectiva de género, a los conflictos de la justicia en relación a las atrocidades cometidas por “intocables” y a las consecuencias políticas que trae el hecho de que el pueblo salga a la calle.

 

Nota: Los dichos de la actriz fueron extraídos de una entrevista que le realizamos

 

Ficha:

Traducción y dramaturgia: Mónica Maffía

Música original: Ricardo Vergani

Asistente:  Andrea Maldonado

Categorías: Reseñas

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